Las familias de las 229 víctimas mortales de la DANA en Valencia continúan esperando una fecha para comparecer en la comisión de investigación de Les Corts Valencianes. A pesar de que ya han ofrecido su testimonio en el Congreso de los Diputados, su petición para ser escuchadas en el parlamento autonómico sigue sin respuesta, generando un creciente malestar y una herida política que sigue abierta tras la dimisión de Carlos Mazón.
Esta situación ha puesto de nuevo el foco en la gestión de la catástrofe por parte del Partido Popular y Vox, los partidos que sustentan al gobierno valenciano. La demora en permitir la comparecencia de los afectados contrasta con la solicitud del expresident Mazón para intervenir en esa misma comisión, una comparecencia que estaba prevista para el 11 de noviembre, antes de su renuncia.
Puntos Clave
- Las familias de los 229 fallecidos por la DANA aún no tienen fecha para comparecer en la comisión de investigación de Les Corts Valencianes.
- Ya han testificado ante la comisión del Congreso de los Diputados, pero siguen esperando ser citados en el Senado y en el parlamento valenciano.
- La gestión de esta crisis por parte del PP y Vox es percibida como una muestra de falta de empatía, un factor clave que condujo a la dimisión de Carlos Mazón.
- Expertos señalan que la negativa a escuchar a las víctimas agrava la desconexión entre la clase política y los ciudadanos afectados.
Un bloqueo que agrava la herida
La negativa o, cuanto menos, la dilación por parte del Partido Popular y Vox para fijar una fecha para que las familias testifiquen en Les Corts Valenciana se ha convertido en un punto central del debate político. Mientras las víctimas ya han llevado su voz y su dolor a la política nacional, la ausencia de un canal similar en el ámbito autonómico, el más cercano a la tragedia, es vista como una falta de sensibilidad.
Fuentes cercanas a las asociaciones de víctimas expresan su frustración. Consideran que ser escuchados en su propia comunidad es un paso fundamental no solo para el duelo, sino también para asegurar que se extraigan las lecciones necesarias para evitar futuras catástrofes. La percepción generalizada es que se está evitando un testimonio que podría ser crítico con la gestión del Consell.
El eco del funeral de Estado
La tensión actual no es un hecho aislado. Se enmarca en una serie de desencuentros que comenzaron en los días posteriores a la DANA. El punto de inflexión fue el funeral de Estado, donde el entonces president Carlos Mazón fue increpado por algunos de los presentes. Aquel episodio de rabia y dolor ciudadano marcó un antes y un después, evidenciando una profunda fractura emocional entre el gobierno y una parte de la sociedad valenciana. La dimisión de Mazón fue la consecuencia directa de esa desconexión.
La gestión de los símbolos en política
Más allá de los procedimientos parlamentarios, la controversia se ha alimentado de gestos simbólicos. Un ejemplo reciente ocurrió en el Congreso de los Diputados, donde los diputados del PP y Vox inicialmente no se sumaron a los aplausos dedicados a los familiares de las víctimas. Según testigos presenciales, solo se unieron al reconocimiento en el tercer día de comparecencias, tras una petición expresa de Toñi García, una de las portavoces de los afectados.
Este tipo de acciones, aunque puedan parecer menores, tienen una enorme carga simbólica en un contexto de duelo colectivo. Refuerzan la idea de que los partidos en el gobierno valenciano mantienen una postura defensiva, en lugar de una actitud de escucha y acompañamiento. La política, en momentos de tragedia, no solo se mide por las inversiones o las ayudas económicas, sino también por la capacidad de mostrar empatía y respeto.
Una tragedia con precedentes
La situación actual recuerda a la gestión de otra gran tragedia en la Comunitat Valenciana: el accidente de Metrovalencia de 2006. En aquella ocasión, las víctimas también denunciaron durante años el abandono institucional por parte del gobierno de Francisco Camps, quien nunca llegó a recibirlas oficialmente. Este precedente histórico hace que la actual actitud del PP sea aún más difícil de comprender para muchos observadores y afectados.
El reto del nuevo Consell: reconstruir la confianza
Con la salida de Carlos Mazón, el nuevo gobierno valenciano tiene ante sí una oportunidad para reconducir la situación. Sin embargo, el tiempo apremia. La herida abierta por la DANA no es solo física, con infraestructuras por reconstruir, sino también emocional y de confianza.
Analistas políticos coinciden en que el primer paso para el PP valenciano debe ser facilitar, sin más demoras, la comparecencia de las familias en Les Corts. Se trata de un gesto básico de respeto democrático y humano.
"Ante las víctimas, solo cabe estar o no estar. Quien intenta situarse en una posición intermedia queda inevitablemente en el lado equivocado", comenta un analista político que prefiere mantener el anonimato.
No se trata de una cuestión de rédito político, sino de una obligación institucional. Escuchar las críticas, por duras que sean, y mostrar una voluntad real de acompañar a quienes lo han perdido todo es fundamental. Mientras el parlamento valenciano siga manteniendo sus puertas cerradas a estas voces, la sombra de la DANA continuará planeando sobre la política autonómica, recordando una lección que, para muchos, aún no se ha aprendido.





