El Ayuntamiento de València y la Asociación de Vecinos de la Malvarrosa han acordado crear un grupo de trabajo conjunto para gestionar el futuro del complejo residencial conocido como las Casitas Rosas. Esta colaboración busca definir qué bloques de viviendas serán demolidos, basándose en un nuevo plan urbanístico y en análisis técnicos detallados sobre el estado de los inmuebles.
La iniciativa responde a la necesidad de abordar la degradación y los problemas de convivencia en la zona, conocida en el barrio como un punto conflictivo. El gobierno municipal se ha comprometido a realizar un estudio caso por caso para proteger a los propietarios legales y atender las situaciones de vulnerabilidad.
Puntos Clave
- Se creará un grupo de trabajo formado por concejales y representantes vecinales para tomar decisiones consensuadas.
- El Ayuntamiento desarrollará un plan urbanístico específico para la zona que determinará el alcance de las demoliciones.
- Informes técnicos municipales confirman el "estado de conservación deficiente" y las "condiciones higiénico-sanitarias deficientes" del complejo.
- Solo el 24% de las 265 viviendas inspeccionadas están habitadas por sus propietarios legales, y muchas carecen de servicios básicos como agua potable.
Una Colaboración para Transformar el Barrio
Representantes del gobierno municipal se reunieron con miembros de la Asociación de Vecinos de la Malvarrosa para establecer una hoja de ruta clara. El objetivo es avanzar de manera coordinada en la intervención de las Casitas Rosas, una acción anunciada previamente por la alcaldesa.
A la reunión asistieron cuatro concejales clave: Julia Climent, de Participación; Jesús Carbonell, del Área de Seguridad; Juan Giner, de Urbanismo; y Marta Torrado, de Servicios Sociales. Este equipo multidisciplinar refleja la complejidad del proyecto, que abarca desde la planificación urbana hasta la atención social.
El principal acuerdo fue la creación de una mesa de trabajo permanente. Según fuentes municipales, este organismo garantizará que cada paso, desde la evaluación técnica hasta una posible demolición, se tome de la mano de los residentes del barrio.
El Plan Urbanístico y la Evaluación Técnica
El concejal de Urbanismo, Juan Giner, explicó durante el encuentro que el primer paso será la elaboración de un plan urbanístico integral para toda la zona afectada. Este documento servirá como base para decidir qué edificios o bloques completos deben ser derribados.
La decisión no será arbitraria. Se fundamentará en criterios técnicos objetivos, como el nivel de degradación estructural de las escaleras, fachadas y las propias viviendas. La alta tasa de ocupación ilegal y las conexiones fraudulentas a la red eléctrica también serán factores determinantes.
Un Problema de Larga Duración
Las Casitas Rosas, un conjunto de edificios de característico color salmón, ha sido durante años un foco de preocupación para los vecinos de la Malva-rosa. La degradación física de los inmuebles se suma a problemas de seguridad y convivencia, lo que ha llevado a que el lugar sea popularmente conocido como el "mercado de la droga".
La Radiografía del Complejo
Los técnicos municipales llevan meses inspeccionando el estado de los inmuebles. Los datos más recientes, obtenidos tras la revisión de 265 viviendas en septiembre, ofrecen una imagen clara de la situación:
- Solo el 24% de las viviendas están ocupadas por sus propietarios legítimos.
- Cerca del 90% de los inmuebles analizados son de titularidad privada.
- Un 13,7% de las propiedades han pasado a ser titularidad de la Generalitat.
Estos números subrayan la complejidad del problema, con una mezcla de propiedad privada, ocupación ilegal y viviendas bajo administración pública.
Informes Municipales Confirman la Degradación
Dos informes técnicos, uno del Servicio de Disciplina Urbanística y otro del Servicio de Sanidad, han documentado oficialmente el mal estado del complejo. Ambos documentos son fundamentales para justificar legalmente las futuras intervenciones.
"El conjunto residencial tiene un estado de conservación deficiente principalmente por la falta de conservación. Estructuralmente no presentan graves deficiencias y las cubiertas tampoco presentan daños generalizados".
El informe urbanístico detalla problemas visibles como el deterioro de la pintura, la rotura de canalones, la falta de barandillas en escaleras, desprendimientos de ladrillos y el mal estado de los dinteles de ventanas y puertas.
Un Foco de Insalubridad
Por su parte, el informe del Servicio de Sanidad es aún más contundente. Concluye que las zonas comunes y el patio central presentan "deficientes condiciones higiénico-sanitarias", lo que constituye un foco de insalubridad que afecta tanto a los moradores como al vecindario y aumenta el riesgo de enfermedades.
Condiciones de Habitabilidad
El informe sanitario destaca que muchas viviendas carecen de servicios básicos. Algunas no disponen de agua potable corriente, obligando a sus ocupantes a recogerla en garrafas. Además, las conexiones ilegales de luz son generalizadas. El documento concluye que las viviendas sin acceso a agua, saneamiento o luz "no reúnen condiciones de habitabilidad".
Un Proceso sin Prisas y con Garantías
A pesar de la urgencia de la situación, los representantes del Ayuntamiento han insistido en que las demoliciones no serán inmediatas. Este mensaje busca tranquilizar a los propietarios que todavía residen legalmente en el complejo y que cumplen con sus obligaciones.
El compromiso adquirido con la asociación vecinal es analizar cada inmueble y cada situación familiar de forma individualizada. Los Servicios Sociales desempeñarán un papel crucial para ofrecer alternativas y soluciones a las personas en situación de vulnerabilidad que puedan verse afectadas.
El plan se ejecutará por fases, priorizando la seguridad y el bienestar de los vecinos de la Malva-rosa, con el objetivo final de regenerar una zona clave del barrio y mejorar la calidad de vida de todos sus habitantes.





