El Ayuntamiento de València ha iniciado el proceso para nombrar de forma definitiva al Comisario Principal Jefe de la Policía Local, un cargo que actualmente ocupa Ángel Albendín de manera interina. Sin embargo, el proceso se abre con un candidato casi único debido a una parálisis administrativa y judicial que ha bloqueado durante años la renovación de los altos mandos del cuerpo.
Esta situación, marcada por procesos de selección judicializados y un estancamiento normativo, deja a Albendín como la opción más viable para consolidar una jefatura que asumió en abril tras la jubilación de su antecesor, José Vicente Herrera.
Puntos Clave
- El proceso para cubrir la plaza de Comisario Jefe de la Policía Local de València está abierto.
- Ángel Albendín, actual jefe en funciones, es el principal y casi único aspirante con opciones reales.
- El bloqueo se debe a la paralización en la cobertura de tres plazas de Comisario Principal, el escalón previo a la jefatura.
- Procesos de selección anteriores (2021 y 2023) fueron anulados o están bajo investigación de la Fiscalía Anticorrupción por presuntas irregularidades.
- Un cambio normativo pendiente por parte de la Generalitat Valenciana mantiene el actual proceso de selección de mandos en suspenso.
Un nombramiento con un solo candidato viable
El Boletín Oficial del Estado (BOE) publicó el pasado 1 de noviembre la convocatoria para cubrir por libre designación la máxima posición en la Policía Local de València. El puesto está ocupado desde finales de abril por Ángel Albendín, quien fue nombrado en comisión de servicio por un periodo de seis meses, ahora agotado.
Su nombramiento provisional ya adelantaba el escenario actual. Para optar a la jefatura, es requisito indispensable tener en propiedad una plaza de Comisario Principal. Dentro de la plantilla actual, solo dos personas cumplen esta condición: el propio Albendín y el comisario Rafael Mogro.
Fuentes cercanas al cuerpo policial sugieren que es poco probable que Mogro presente su candidatura por motivos de salud, lo que convierte a Albendín en el aspirante con el camino más despejado. Esta falta de competencia no se debe a una falta de talento, sino a un atasco administrativo que dura ya varios años.
La estructura de mando de la Policía Local
La cúpula de la Policía Local de València está jerarquizada. El máximo responsable es el Comisario Principal Jefe. Justo por debajo se encuentran los Comisarios Principales. Es de este segundo escalón de donde debe salir el jefe del cuerpo. Actualmente, València tiene cinco plazas de Comisario Principal, pero solo dos están cubiertas en propiedad.
El origen del bloqueo: procesos judicializados
La raíz del problema se encuentra en la incapacidad para cubrir de forma definitiva las otras tres plazas de Comisario Principal. Estos puestos están actualmente ocupados por agentes que accedieron mediante un proceso de mejora de empleo, sin tener la plaza en propiedad, lo que les inhabilita para aspirar a la jefatura.
Los intentos por regularizar esta situación han terminado sistemáticamente en los tribunales, generando una parálisis prolongada.
Un historial de irregularidades
El primer intento fallido data de 2021. Se organizó un proceso de mejora de empleo para ocupar estas plazas de forma temporal hasta que se convocaran las oposiciones correspondientes. Sin embargo, el proceso fue denunciado por un presunto amaño y, en 2023, el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV) lo anuló por completo, ordenando repetir las pruebas con las debidas garantías.
En octubre de 2023, se convocó un nuevo proceso. La polémica volvió a estallar cuando, días antes del examen, se filtró una supuesta orden falsa que contenía una lista con los nombres de quienes supuestamente aprobarían. Sorprendentemente, los nombres de esa lista coincidieron con los resultados finales.
"La repetición de un patrón similar al del proceso de 2021, con la filtración de una lista de aprobados que resultó ser correcta, encendió todas las alarmas sobre la limpieza del proceso selectivo."
Este incidente llevó a dos de los aspirantes a presentar querellas contra los miembros del tribunal evaluador, que incluía al anterior jefe de policía, José Vicente Herrera, y al comisario Rafael Mogro. Las acusaciones son graves: prevaricación, tráfico de influencias, falsedad documental y malversación.
La Fiscalía Anticorrupción entra en escena
Debido a la gravedad de las acusaciones y los indicios de irregularidades, las dos querellas fueron unificadas en una única causa en el Juzgado de Instrucción número 16 de Valencia. Actualmente, la Fiscalía Anticorrupción se ha hecho cargo de la investigación para esclarecer si existió un amaño en la promoción de altos mandos de la policía.
Un tercer intento también cuestionado
Mientras la justicia investiga el pasado, el Ayuntamiento de València intentó poner en marcha un tercer proceso para cubrir las plazas vacantes de Comisario Principal. No obstante, este nuevo intento tampoco ha estado exento de controversia.
El sindicato Comisiones Obreras (CCOO) presentó un recurso contra la designación del nuevo tribunal evaluador. El sindicato argumentó que el consistorio no había justificado adecuadamente los criterios para seleccionar a sus miembros, sembrando de nuevo dudas sobre la transparencia del procedimiento.
A esta complicación se suma un obstáculo mayor: el proceso está completamente paralizado a la espera de un cambio normativo por parte de la Generalitat Valenciana. El TSJCV declaró nulos varios artículos de la legislación autonómica que regula los baremos de méritos en las oposiciones policiales, y el gobierno autonómico debe aprobar un nuevo decreto para adaptarlos.
Aunque la Agencia Valenciana de Seguridad y Respuesta a las Emergencias (AVSRE) ha comunicado que el nuevo decreto está en su fase final, la realidad es que a día de hoy no hay una fecha concreta para su aprobación. Sin esta reforma, no se puede avanzar en la selección de los mandos.
Esta concatenación de problemas judiciales y administrativos ha creado un cuello de botella que impide la renovación natural de la cúpula policial. Como resultado, el proceso para designar al nuevo jefe se celebra en un escenario anómalo, donde la falta de alternativas consolida la posición de Ángel Albendín, no por competencia, sino por descarte forzado.





