Un operativo especializado ha culminado con la retirada de aproximadamente 200 kilogramos de redes de pesca perdidas, conocidas como 'redes fantasma', que se encontraban a una profundidad de 30 metros frente al litoral de Orpesa. La intervención, liderada por la Fundación Oceanogràfic y la Fundación Azul Marino, busca mitigar el grave impacto de estos aparejos abandonados en los ecosistemas marinos de la Comunitat Valenciana.
Puntos Clave
- Se extrajeron cerca de 200 kilos de redes de pesca abandonadas en el fondo marino de Orpesa.
- La operación se realizó a una profundidad de entre 20 y 40 metros, en una zona de alta biodiversidad.
- La red fue localizada hace un año por pescadores locales, quienes alertaron del peligro.
- Esta acción forma parte de un programa autonómico que ya ha retirado más de tres toneladas de redes en la costa valenciana.
El hallazgo y la amenaza submarina
La operación se puso en marcha tras la alerta emitida hace un año por un grupo de pescadores de la zona. Ellos detectaron una gran malla de pesca enredada en una estructura de hormigón sumergida, un obstáculo que representaba un peligro tanto para la navegación como para la propia actividad pesquera.
Con el tiempo, esta red se convirtió en una trampa mortal silenciosa para la fauna local. El área donde se localizó, a profundidades que oscilan entre los 20 y los 40 metros, es un hábitat de gran valor ecológico.
¿Qué son las 'redes fantasma'?
Las 'redes fantasma' son artes de pesca (redes, nasas, sedales) que se han perdido o han sido abandonadas en el mar. A la deriva o enredadas en el fondo, continúan capturando peces y otros animales marinos de forma indiscriminada durante años, causando un daño ecológico severo y contribuyendo a la contaminación por plásticos en los océanos.
Un ecosistema vulnerable en riesgo
La zona de la intervención destaca por su rica biodiversidad. En estas aguas habitan especies de gran importancia ecológica y comercial, lo que hacía la retirada de la red una prioridad urgente. Entre la fauna presente se encuentran:
- Meros (Epinephelus marginatus)
- Sargos (Diplodus sargus)
- Corvinas (Argyrosomus regius)
- Una gran variedad de invertebrados marinos
La presencia prolongada de la red amenazaba con dañar de forma irreversible este delicado equilibrio, atrapando animales y degradando el hábitat natural con el paso del tiempo.
Un complejo operativo de extracción
La retirada del material requirió una planificación meticulosa para evitar causar más daño al entorno. Un equipo de buzos profesionales de la Fundación Oceanogràfic y la asociación Versemar fue el encargado de llevar a cabo los trabajos submarinos.
La operación contó con el apoyo logístico en superficie de los vigilantes ambientales de Oropesa del Mar, quienes colaboraron para asegurar el perímetro y facilitar las labores del equipo.
Tecnología para una extracción segura
Para izar los 200 kilos de red desde 30 metros de profundidad, los buzos emplearon una técnica de bajo impacto. Utilizaron globos elevadores, unos dispositivos que se llenan de aire bajo el agua para levantar objetos pesados de forma controlada y lenta.
Este método permite que la red ascienda a la superficie suavemente, minimizando la resuspensión de sedimentos del fondo marino y evitando dañar a los organismos que viven en el área circundante.
El proyecto global de recuperación de hábitats marinos en la Comunitat Valenciana ha logrado extraer más de 3.000 kilos (tres toneladas) de redes fantasma desde su inicio, contribuyendo significativamente a la salud del Mediterráneo.
El futuro del fondo marino recuperado
Una vez que la red fue llevada a la superficie, el trabajo no había terminado. El material fue trasladado al puerto y, posteriormente, a las instalaciones de la Fundación Azul Marino para su correcto tratamiento y análisis.
Análisis y seguimiento científico
En las instalaciones, personal técnico está llevando a cabo un minucioso proceso de cribado. El objetivo es revisar cada fragmento de la red para identificar y documentar los posibles organismos que pudieran haber quedado atrapados en ella. Esta información es muy valiosa para entender el impacto real de estos residuos en la fauna.
Paralelamente, el área marina donde se encontraba la red ha sido integrada en un programa de seguimiento científico. Durante los próximos meses y años, se evaluará la capacidad de recuperación natural del hábitat. Según los responsables del proyecto, no se descarta promover repoblaciones locales con especies autóctonas para acelerar la restauración de la funcionalidad ecológica del lugar.
Un proyecto a gran escala para el Mediterráneo valenciano
Esta actuación en Orpesa no es un hecho aislado. Se enmarca en un programa más amplio impulsado por la Fundación Oceanogràfic para la recuperación de hábitats marinos en toda la Comunitat Valenciana. Esta iniciativa cuenta con el respaldo de la Conselleria de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Generalitat Valenciana.
La colaboración del sector pesquero profesional ha sido fundamental, ya que son ellos quienes a menudo detectan la ubicación de estas redes perdidas. El programa también dispone de financiación privada a través de INCUS CAPITAL, lo que demuestra un compromiso conjunto del sector público, privado y las organizaciones conservacionistas para proteger los fondos marinos.
Según Andrea Spinelli, de la Fundación Oceanogràfic, cada red retirada es una victoria para la biodiversidad marina y un paso más hacia la consecución de unos mares más sanos y productivos para las futuras generaciones.





