La Comunitat Valenciana está impulsando de forma decidida la instalación de parques de baterías para el almacenamiento de energía renovable. Esta medida, acelerada tras el gran apagón que afectó a España en abril, busca fortalecer la red eléctrica y garantizar el suministro ante la creciente producción de energía solar y eólica.
Las primeras plantas de almacenamiento, que suman una capacidad de 55 megavatios (MW), ya han recibido la aprobación medioambiental, marcando un paso crucial en la transición energética de la región. La Generalitat ha simplificado la normativa para facilitar estos proyectos, considerados esenciales para la estabilidad del sistema.
Puntos Clave
- La Generalitat Valenciana ha simplificado los trámites para autorizar parques de baterías de almacenamiento energético.
- Los primeros proyectos, con una capacidad total de 55 MW, ya han superado la evaluación medioambiental.
- Promotores valencianos han captado 38 millones de euros de fondos europeos para 14 proyectos de almacenamiento.
- Estas instalaciones son clave para estabilizar la red eléctrica y prevenir futuros apagones como el ocurrido en abril.
Una respuesta estratégica a la vulnerabilidad energética
El apagón eléctrico de abril de 2025 fue una llamada de atención para todo el sistema energético español. La caída de tensión evidenció la necesidad de contar con mecanismos de respuesta rápida para evitar colapsos en la red. En este contexto, las baterías de almacenamiento emergen como una solución fundamental.
Marcos J. Lacruz, presidente de la Asociación Valenciana de Empresas del Sector de la Energía (AVAESEN), explica que estas instalaciones son vitales. "En unos años, todas las plantas fotovoltaicas y eólicas tendrán baterías para almacenar energía", afirma Lacruz, subrayando una tendencia que ya es una realidad.
"Este tipo de instalaciones permiten reducir el riesgo de apagones por una caída de tensión eléctrica porque se conectan a la red en microsegundos", señala Marcos J. Lacruz.
Hasta hace poco, obtener los permisos para una planta de almacenamiento era un proceso complejo y lento. Sin embargo, la urgencia creada por el reciente incidente ha motivado a la administración valenciana a agilizar los trámites, eliminando barreras burocráticas y fomentando la inversión en esta tecnología.
El papel de las baterías en la red moderna
Las baterías de almacenamiento funcionan como grandes depósitos de energía. Durante las horas de máxima producción solar o eólica, cuando la oferta puede superar la demanda, la energía sobrante se almacena en lugar de perderse. Posteriormente, esta energía se vierte a la red cuando la producción renovable disminuye, como por la noche o en días sin viento, garantizando un suministro constante y estable.
Crecimiento exponencial y liderazgo valenciano
El impulso al almacenamiento energético no es exclusivo de Valencia, pero la región se está posicionando a la vanguardia. Según un informe del Observatorio de Energías Renovables, España ha experimentado un fuerte crecimiento en este sector durante el tercer trimestre de 2025. La Comunitat Valenciana destaca con la presentación de nuevos proyectos que suman una potencia de 117,1 MW.
Este liderazgo se apoya en un sólido tejido empresarial. Compañías valencianas como Endurance Motive, fabricante de baterías con sede en Canet d'en Berenguer, y HESStec, especializada en soluciones híbridas, son pioneras en el desarrollo de esta tecnología. Incluso gigantes como PowerCo, la filial de baterías de Volkswagen, han mostrado interés en producir celdas para estos parques renovables en la región.
Dos modelos de almacenamiento en expansión
Los proyectos de almacenamiento que se están desarrollando siguen principalmente dos modelos operativos:
- Plantas híbridas: Son las más comunes. Las baterías se instalan junto a parques fotovoltaicos o eólicos existentes. Esto permite almacenar la energía generada en el mismo lugar, optimizando su aprovechamiento. Estas baterías pueden almacenar hasta cuatro horas de producción.
- Sistemas 'Stand-Alone': Conocidos como autónomos, operan de forma independiente. No están asociados a una planta de generación específica. Su modelo de negocio consiste en comprar energía de la red cuando es barata (generalmente en horas de alta producción renovable) y venderla cuando el precio sube.
Lacruz aclara que estos sistemas autónomos son muy versátiles. "Son baterías que se pueden instalar en entornos urbanos o rurales y que ocupan el tamaño de un contenedor", explica, lo que facilita su despliegue en puntos estratégicos de la red eléctrica.
Inversión europea impulsa los proyectos
El respaldo financiero es clave para este despegue. Los promotores valencianos han conseguido recientemente 38 millones de euros procedentes de fondos europeos para el desarrollo de parques de baterías. El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) ha seleccionado un total de catorce proyectos en la Comunitat que recibirán esta financiación.
Proyectos concretos y futuro del sector
La inyección de capital europeo ya tiene destinatarios claros. La empresa valenciana NRG ha sido una de las más beneficiadas, obteniendo más de 13 millones de euros. Este fondo se destinará a la instalación de sistemas de almacenamiento en sus parques fotovoltaicos ubicados en los municipios de Jalance, Portera y Benejama.
Estos proyectos son solo el comienzo. La visión a largo plazo es que cada nueva instalación renovable incorpore su propio sistema de almacenamiento. Esto no solo maximizará el aprovechamiento de la energía limpia, sino que también aportará una flexibilidad y seguridad sin precedentes al sistema eléctrico.
La apuesta por las baterías de almacenamiento sitúa a la Comunitat Valenciana en una posición estratégica para liderar la transición energética en España. Al solucionar el problema de la intermitencia de las renovables, se allana el camino hacia un futuro energético más sostenible, autónomo y, sobre todo, más seguro frente a posibles crisis de suministro.





