Salvador Navarro, presidente de la Confederación Empresarial de la Comunitat Valenciana (CEV), ha anunciado que no se presentará a la reelección para un tercer mandato. La decisión, comunicada tras una semana de intensas especulaciones, busca evitar una división interna en la principal organización empresarial de la región y preservar el consenso logrado durante sus ocho años de gestión.
Con la retirada de Navarro, se abre el camino para Vicente Lafuente, presidente de la Federación Empresarial Metalúrgica Valenciana (Femeval), quien se perfila como el candidato de consenso para liderar la patronal en una nueva etapa. El movimiento de Navarro es interpretado por el sector como un acto de responsabilidad para proteger la cohesión del tejido empresarial valenciano.
Puntos Clave
- Salvador Navarro renuncia a un tercer mandato para evitar una fractura en la CEV.
- Vicente Lafuente, presidente de Femeval, se posiciona como el candidato más probable para sucederle.
- La decisión llega tras tensiones con el gobierno autonómico y la amenaza de una candidatura alternativa.
- El sector empresarial valora el gesto de Navarro como un sacrificio por la unidad de la organización.
- Navarro se centrará en su vicepresidencia en la CEOE, con la vista puesta en un posible rol a nivel nacional.
Una decisión para evitar la división
La renuncia de Salvador Navarro a continuar al frente de la CEV ha sido el desenlace de una semana de alta tensión en el ámbito empresarial valenciano. El propio Navarro explicó que su principal objetivo es no replicar la polarización presente en la política dentro de la organización empresarial. "No quiero que peligre la organización", afirmó durante su comparecencia, subrayando que la unidad es el mayor activo de la CEV.
Fuentes cercanas al presidente saliente sostienen que, aunque contaba con apoyos suficientes para ganar las elecciones, una victoria en un clima de confrontación habría debilitado la patronal. Este escenario habría supuesto un retroceso respecto al trabajo realizado desde 2017 para consolidar a la CEV como una entidad autonómica que superara las históricas disputas provinciales.
El fantasma de la fragmentación
El temor a una fractura interna no era infundado. La posibilidad de que surgiera una candidatura alternativa, un hecho inédito en la historia reciente de la CEV, amenazaba con reabrir viejas heridas territoriales, especialmente con sectores empresariales de Alicante. La decisión de Navarro busca desactivar esta amenaza y garantizar una transición ordenada.
El legado de la cohesión
La CEV, bajo la presidencia de Salvador Navarro, se transformó en una patronal de ámbito autonómico en 2017. Su creación fue una respuesta al fracaso de su predecesora, Cierval, que colapsó precisamente por las tensiones y luchas de poder entre las organizaciones provinciales de Valencia, Alicante y Castellón. El principal logro de Navarro ha sido integrar y vertebrar a todo el tejido empresarial de la Comunitat Valenciana bajo una única voz.
Reacciones del mundo empresarial
La noticia ha generado un amplio abanico de reacciones entre los líderes empresariales y sectoriales. La mayoría coincide en calificar la decisión de Navarro como un acto de generosidad y altura de miras, destinado a proteger el proyecto colectivo.
Eva Blasco, presidenta de CEV Valencia, considera que Navarro ha sido coherente con el principio que ha guiado su mandato: la cohesión territorial y empresarial. "Ha demostrado altura de miras, ha visto que el trabajo de estos ocho años podía irse al traste y ha tomado la decisión en frío", señaló Blasco, destacando la importancia de mantener la unidad.
"Creo que es bueno para la salud de la CEV. Veo bien que haya un relevo y que cada mandato no se prolongue más de dos legislaturas", afirmó Cristóbal Aguado, presidente de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja).
Por su parte, Cristóbal Aguado, una de las voces que había expresado discrepancias, calificó la renuncia como "una decisión sabia". Según Aguado, es una oportunidad para resolver las "discrepancias territoriales que deben resolverse" y para iniciar una nueva etapa con un liderazgo renovado. A pesar de las críticas, reconoció el trabajo de Navarro: "Es valiente y luchador; ha propiciado un relevo de forma honorable".
Un "sacrificio" por la unidad
Dentro del círculo más cercano a Navarro, la percepción es que se ha "sacrificado" por el bien de la organización. Consideran que habría ganado las elecciones con "casi toda seguridad", pero a costa de una división que habría dejado secuelas profundas en el empresariado valenciano.
El trasfondo político y la tensión con el Consell
La decisión de Navarro no puede entenderse sin analizar el contexto de distanciamiento con el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón. Esta tensión se hizo evidente durante la Noche de la Economía Valenciana, cuando Mazón recriminó públicamente la ausencia de Navarro antes del final del acto, ante un auditorio con más de 1.000 empresarios.
Este episodio fue la culminación de varios desencuentros. Entre ellos, la difusión de un bulo que situaba a ambos comiendo juntos durante la DANA, así como desacuerdos sobre la Plataforma por la Financiación autonómica y los recortes presupuestarios del Consell a las ayudas para patronales y sindicatos.
La influencia de Alicante
Fuentes del sector apuntan a que el presidente del Consell habría mostrado su sintonía con el empresariado alicantino, llegando a sugerirse que pudo haber alentado la formación de una candidatura alternativa a la de Navarro. Calmar las aguas en Alicante ha sido, según estas fuentes, un punto clave en la decisión final del presidente de la CEV, buscando así neutralizar cualquier movimiento que pudiera debilitar la estructura autonómica de la patronal.
El camino hacia una nueva era en la CEV
Con la retirada de Navarro, se inicia un nuevo ciclo para la patronal valenciana. Vicente Lafuente, que había admitido estar preparando una propuesta alternativa, se convierte ahora en el principal candidato para asumir la presidencia. Su liderazgo deberá afrontar importantes retos para el tejido empresarial.
Entre los desafíos más inmediatos se encuentran:
- Cohesión interna: Gestionar los equilibrios territoriales y sectoriales para mantener la unidad.
- Contexto económico: Afrontar la amenaza de nuevos aranceles y la incertidumbre en los acuerdos comerciales.
- Marco laboral: Negociar cuestiones clave como la propuesta de reducción de la jornada laboral.
- Productividad: Abordar el aumento de las bajas por incapacidad temporal y su impacto en las empresas.
Mientras tanto, Salvador Navarro se centrará en su cargo como vicepresidente de la CEOE. Su renuncia en Valencia le permite reforzar su posición en la patronal nacional, donde se le considera uno de los posibles sucesores de Antonio Garamendi si este no optara a la reelección a finales de 2026. Este movimiento estratégico podría abrirle las puertas a liderar el empresariado español en el futuro.