La renovación de la Estación de Autobuses de València, ubicada en la avenida de Menéndez Pidal, ha sido pospuesta indefinidamente. La Conselleria de Infraestructuras ha confirmado que el proyecto, considerado clave en el Plan de Movilidad Metropolitano de 2022, "ha quedado en segundo plano" debido a la necesidad de destinar recursos a la reparación de los daños causados por la reciente DANA.
Esta decisión deja en el aire el futuro de una infraestructura que ha cumplido 50 años y que enfrenta problemas de deterioro, seguridad y una drástica caída en el número de pasajeros, afectando a los 2,5 millones de usuarios que todavía dependen de sus servicios anualmente.
Puntos Clave
- La Conselleria de Infraestructuras admite que la reforma no es una prioridad actual.
- Los esfuerzos se centran en reparar los daños provocados por la DANA.
- El número de viajeros ha caído de 15 millones en su apogeo a 2,5 millones anuales.
- La estación sufre problemas estructurales, de seguridad y de falta de servicios.
Un proyecto aplazado sin nueva fecha
El Plan de Movilidad Metropolitano Sostenible (PMoMe), presentado en 2022 por el anterior gobierno del Botànic, trazaba una hoja de ruta para el transporte del área de València para los próximos doce años. Una de sus piezas centrales era la modernización de la estación de autobuses, un nodo de comunicación vital para la región.
Sin embargo, la Conselleria de Infraestructuras, bajo la nueva administración, ha confirmado que la ejecución de este proyecto no tiene fecha prevista. Fuentes del departamento han señalado que la atención está puesta en la recuperación de las infraestructuras afectadas por los recientes fenómenos meteorológicos extremos.
"Con la DANA, el proyecto ha quedado en segundo plano", admiten desde la Conselleria, sin ofrecer un cronograma alternativo para retomar la propuesta de mejora.
El estado actual de la estación
La estación, inaugurada hace medio siglo, muestra signos evidentes de abandono. A pesar de un "lavado de cara" superficial realizado en la legislatura anterior para mejorar la luminosidad, los problemas de fondo persisten y se agravan.
Caída drástica de pasajeros
La terminal ha visto cómo su volumen de viajeros se desplomaba desde los 15 millones de usuarios en su época de mayor actividad a los 2,5 millones actuales. Esta cifra representa una caída de más del 83%.
La supervivencia de la estación depende en gran medida de las rutas internacionales que conectan València con el norte de Europa, países del Este y el Magreb. Las rutas nacionales a Madrid, Barcelona y Alicante siguen siendo las más utilizadas por un perfil de viajero que incluye estudiantes, trabajadores y migrantes.
Problemas visibles y estructurales
Los usuarios y trabajadores de la estación conviven a diario con múltiples deficiencias. Entre los problemas más destacados se encuentran:
- Deterioro de la cubierta: Problemas estructurales que afectan la integridad del edificio.
- Plaga de palomas: Una situación higiénica que no ha sido controlada eficazmente.
- Locales cerrados: La mayoría de los espacios comerciales están vacíos, lo que reduce los servicios disponibles y contribuye a una sensación de abandono.
- Percepción de inseguridad: La falta de actividad y el deterioro general han incrementado la sensación de inseguridad, especialmente en horario nocturno.
El plan original de movilidad
El PMoMe fue diseñado como un proyecto ambicioso para transformar la movilidad en los 90 municipios del área metropolitana de València, con una población de dos millones de habitantes. Con un presupuesto estimado de 6.000 millones de euros, buscaba priorizar el transporte público sobre el vehículo privado.
Una visión a largo plazo
El plan maestro contempla el traslado definitivo de la estación de autobuses al entorno de la futura Estación Central Intermodal del Parc Central. Este proyecto busca concentrar en un solo punto el AVE, trenes de media distancia, cercanías, metro y autobuses. Sin embargo, su ejecución es a largo plazo, y el propio PMoMe reconocía la necesidad urgente de actuar sobre la estación actual de Menéndez Pidal.
El documento estratégico argumentaba que no se podía esperar a la finalización del proyecto de Parc Central. Por ello, proponía una actualización a corto plazo de la terminal actual para mejorar su funcionalidad y conexión con otros medios de transporte público.
Mejoras propuestas que no llegan
El plan detallaba acciones concretas para revitalizar la estación y su entorno. El objetivo principal era potenciar la intermodalidad, facilitando la conexión de los viajeros con la red de metro y autobuses urbanos de la EMT.
Se plantearon dos itinerarios para conectar la estación con la parada de metro de Túria:
- A través del entorno urbano: Proponía ampliar las aceras, plantar árboles para crear zonas de sombra y mejorar la señalización para guiar a los peatones.
- A través del centro comercial Nuevo Centro: Sugería mejorar los pasos de peatones, remodelar la rampa y las escaleras de acceso al centro comercial, y añadir señalética clara en su interior.
Ninguna de estas mejoras está actualmente sobre la mesa de la Conselleria, lo que deja a la estación en una situación de parálisis y progresivo deterioro, afectando la imagen de la ciudad y la calidad del servicio para miles de usuarios diarios.