El debate sobre la naturaleza y normativa del valenciano, un asunto con profundas raíces históricas y culturales, vuelve a ocupar un espacio central en la sociedad valenciana. A pesar de la creación de la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL) en 2001 como un intento de consenso para cerrar la controversia, las tensiones lingüísticas continúan resurgiendo periódicamente, especialmente en torno a fechas significativas como el 9 d'Octubre.
Más de dos décadas después del pacto que dio origen a la institución, la sociedad valenciana sigue enfrentando un conflicto que afecta no solo al ámbito cultural, sino también al político y social, demostrando la complejidad de alcanzar una paz lingüística duradera.
Puntos Clave
- La Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL) se fundó en 2001 mediante un pacto político entre el PP y el PSPV para unificar la normativa y poner fin al conflicto.
- La controversia se centra en la relación del valenciano con el catalán y la denominación oficial de la lengua, un debate que se remonta a décadas atrás.
- Acuerdos históricos como las Normes de Castelló de 1932 ya buscaron establecer una ortografía común para prestigiar el uso del valenciano.
- El conflicto lingüístico tiende a intensificarse durante eventos políticos o culturales importantes en la Comunitat Valenciana.
El Pacto de 2001: La Creación de la Acadèmia Valenciana de la Llengua
La Acadèmia Valenciana de la Llengua nació oficialmente el 12 de julio de 2001. Su creación fue el resultado de un acuerdo político de gran alcance entre los dos principales partidos de la Comunitat Valenciana en aquel momento: el Partido Popular, liderado por Eduardo Zaplana, y el PSPV-PSOE, con Joan Ignasi Pla al frente.
El objetivo fundamental de este pacto era establecer una única autoridad normativa para el valenciano. La intención era clara: poner fin a décadas de un conflicto que había dividido a la sociedad y generado una notable inestabilidad en los ámbitos cultural y educativo.
El acuerdo final fue formalizado con la firma de Alejandro Font de Mora, por parte del PP, y Ximo Puig, en representación del PSPV. Esta alianza buscaba que la AVL fuera un punto de encuentro y una referencia indiscutible para la recuperación y normalización de la lengua.
Antecedentes del Consenso
Las negociaciones para la creación de la AVL fueron complejas e involucraron a figuras clave del mundo político y académico. Entre los participantes destacaron Francisco Camps, entonces conseller, y el catedrático Rafael Alemany, quien representaba al Institut Interuniversitari de Filologia Valenciana (IIFV). La voluntad de acuerdo fue fundamental para superar las diferencias y sentar las bases de la nueva institución.
La Misión de la AVL
La ley de creación de la AVL le otorga la competencia exclusiva para determinar la normativa oficial del valenciano en todos sus aspectos. Esto incluye la gramática, el léxico y la ortografía. Su dictamen, por tanto, es de aplicación obligatoria en la administración pública, el sistema educativo y los medios de comunicación de titularidad pública de la Comunitat Valenciana.
Raíces Históricas de un Debate Persistente
El conflicto lingüístico valenciano no es un fenómeno reciente. Sus raíces se hunden en importantes hitos históricos que buscaron la unificación y el prestigio de la lengua. Uno de los más relevantes son las Normes Ortogràfiques de Castelló de 1932.
Hace más de 90 años, este acuerdo reunió a destacadas personalidades de la cultura y la política valenciana con el fin de adoptar una ortografía unificada. El objetivo era modernizar la escritura del valenciano y facilitar su uso en ámbitos formales, adaptando la normativa a las particularidades valencianas.
Otro momento clave fue la presentación del Diccionari català-valencià-balear en 1963. Este monumental trabajo lexicográfico, presentado en el Ayuntamiento de València, recoge el caudal léxico compartido por los diferentes territorios, respetando la denominación de la lengua en cada lugar.
El Concepto de Policentrismo Lingüístico
Una de las figuras intelectuales clave en la búsqueda de consenso fue Manuel Sanchis Guarner. Al igual que su padre, el profesor Sanchis Guarner, defendía el concepto de "policentrismo normativo convergente". Este modelo reconoce que una lengua común puede tener diferentes centros normativos (como el español de España y el de América Latina), cada uno con sus particularidades, pero dentro de un sistema lingüístico compartido.
A pesar de estos esfuerzos históricos por alcanzar un entendimiento, la controversia sobre si el valenciano es una lengua independiente o parte de un sistema lingüístico más amplio ha continuado hasta la actualidad.
La Controversia en la Actualidad
Décadas después de los primeros intentos de unificación y más de 20 años desde la creación de la AVL, el debate sigue activo. La discusión se reaviva periódicamente, a menudo impulsada por declaraciones políticas o decisiones administrativas que cuestionan la normativa establecida.
El conflicto actual se manifiesta en debates sobre aspectos muy concretos de la normativa, como el uso de determinados acentos o la aceptación de variantes léxicas. Sin embargo, detrás de estas discusiones técnicas subyace la cuestión de fondo sobre la unidad de la lengua.
El dictamen de la Acadèmia Valenciana de la Llengua, emitido en 2005, establece que "el valenciano, lengua histórica y propia de la Comunitat Valenciana, forma parte del sistema lingüístico que los correspondientes estatutos de autonomía de los territorios hispánicos de la antigua Corona de Aragón reconocen como lengua propia".
Esta declaración, que busca un equilibrio, reconoce la singularidad y denominación del valenciano al tiempo que confirma su pertenencia a un patrimonio lingüístico común. No obstante, esta postura no ha logrado cerrar completamente el debate en todos los sectores de la sociedad.
La Necesidad de Estabilidad Institucional
Expertos y figuras culturales que participaron en la creación de la AVL insisten en la importancia de respetar la independencia de la institución. Consideran que la estabilidad y el prestigio de la lengua dependen de que se cumplan sus dictámenes, que son fruto del trabajo de académicos designados según los procedimientos legales establecidos.
La sociedad valenciana se enfrenta de nuevo al reto de consolidar los acuerdos del pasado. La resolución del conflicto es vista por muchos como una condición necesaria no solo para la normalización del valenciano, sino también para el progreso cultural y económico de la Comunitat Valenciana, libre de divisiones que lastran su potencial.





