La dirección nacional del Partido Popular en Madrid, conocida como Génova, está evaluando seriamente la posibilidad de un adelanto electoral en la Comunitat Valenciana como una salida a la actual crisis interna. Esta opción, que inicialmente generó reticencias, gana fuerza mientras se negocia el futuro político del president Carlos Mazón.
La tensión ha escalado tras movimientos internos liderados por los presidentes provinciales, lo que ha generado una profunda desconfianza en la cúpula del partido. La decisión final, que podría redefinir el panorama político valenciano, depende de las conversaciones entre Alberto Núñez Feijóo y el propio Mazón.
Puntos Clave
- La dirección nacional del PP (Génova) baraja el adelanto electoral en la Comunitat Valenciana como una solución a la crisis interna.
- La dimisión del president Carlos Mazón se considera un escenario cada vez más probable dentro del partido.
- La falta de un candidato claro para suceder a Mazón complica la estrategia de un posible adelanto electoral.
- La alcaldesa de Valencia, María José Catalá, sigue siendo la opción preferida por Génova, pero ella prioriza su cargo municipal.
El adelanto electoral como mal menor
La opción de convocar elecciones anticipadas en la Comunitat Valenciana ha pasado de ser un escenario descartado a una posibilidad real para la dirección nacional del Partido Popular. Inicialmente, la idea de arriesgar un gobierno autonómico clave para el partido generaba un gran temor en Génova. Perder el control de la Generalitat tendría un impacto significativo no solo a nivel regional, sino también en el equilibrio de poder nacional.
Sin embargo, los recientes acontecimientos han cambiado la perspectiva. La maniobra de los tres presidentes provinciales para promover a Vicente Mompó, presidente de la Diputación de Valencia, como una figura de futuro ha sido interpretada en Madrid como un acto de insubordinación. Esta acción, supuestamente orquestada por el secretario general del PPCV, Juanfran Pérez Llorca, ha sembrado una desconfianza absoluta en la cúpula nacional, especialmente en el secretario general, Miguel Tellado.
Ante este panorama, la idea de un adelanto electoral, propuesta por el entorno de Mazón, comienza a verse como una forma de "reiniciar el juego". Permitiría que una nueva etapa política comenzara con una nueva legislatura, repartiendo las cartas de nuevo y evitando que el poder interno quede en manos de quienes han desafiado a la dirección nacional.
La encrucijada del sucesor
Aunque el adelanto electoral gana terreno, un obstáculo fundamental frena la decisión: la falta de un candidato de consenso. Si se convocan elecciones, el PP necesita una figura fuerte y capaz de asegurar la victoria, y esa figura no está clara en estos momentos.
El papel de María José Catalá
La alcaldesa de Valencia, María José Catalá, ha sido durante mucho tiempo la opción preferida por Génova para liderar el partido a nivel autonómico. Sin embargo, su entorno insiste en que su prioridad es la alcaldía de la capital. Además, en el partido existe el temor de que moverla a la Generalitat podría poner en riesgo el control del Ayuntamiento de Valencia, una plaza estratégica que el PSOE, con Pilar Bernabé a la cabeza, busca recuperar.
Por otro lado, la candidatura de Vicente Mompó, impulsada por los líderes provinciales, es vista en Génova más como un desafío que como una solución. El movimiento para posicionarlo se interpretó como un intento de cerrar el paso a Catalá y de enviar un mensaje claro: hay otras alternativas y el poder territorial tiene voz propia.
La vía de la interinidad
La alternativa a las elecciones inmediatas es nombrar un sucesor interino que complete la legislatura hasta 2027. No obstante, esta opción también presenta complicaciones. Si se optara por esta vía, el tándem formado por Mompó y Pérez Llorca podría consolidar su poder al frente del partido. Esta posibilidad preocupa en Génova, ya que perciben que han emprendido un camino propio al margen de la dirección nacional.
Además, un gobierno interino necesitaría mantener el pacto con Vox para asegurar la estabilidad, una negociación en la que las buenas relaciones entre Pérez Llorca y la dirección nacional de Santiago Abascal jugarían un papel clave, otorgándole aún más capacidad de maniobra.
La desconfianza como factor clave
La crisis actual no se entiende sin el factor de la desconfianza que se ha instalado entre la dirección nacional del PP y la estructura provincial valenciana. La sensación en Génova es que el movimiento para aupar a Mompó fue una jugada calculada para tomar el control del partido en la región, independientemente de la decisión que se tomara sobre el futuro de Mazón.
Una decisión inminente
El comité ejecutivo nacional del PP, convocado por Alberto Núñez Feijóo, espera una resolución a la crisis valenciana. Los dirigentes del partido dan por hecho que Feijóo debe llegar a la reunión con la situación ordenada y una solución definida, aunque queden detalles por cerrar. Esto sitúa la conversación entre Feijóo y Mazón como el punto culminante de una negociación que definirá el futuro inmediato del gobierno valenciano.
Esta percepción de deslealtad ha llevado a la cúpula nacional a reconsiderar su postura. Si el poder regional va a recaer en figuras que no cuentan con su confianza, un adelanto electoral podría ser la única manera de retomar el control y legitimar un nuevo liderazgo a través de las urnas.
El futuro político de la Comunitat Valenciana pende de un hilo. La decisión que se tome en las próximas horas no solo afectará al Partido Popular, sino que podría llevar a los valencianos a las urnas mucho antes de lo previsto, abriendo un nuevo ciclo de incertidumbre política en la región.





