El gobierno de la Generalitat Valenciana, formado por el Partido Popular y Vox, ha anunciado una modificación en el currículo de la asignatura de Valenciano para Bachillerato. La medida principal consiste en la eliminación de autores catalanes y baleares de los libros de texto, una decisión que marca un precedente en la política lingüística de la comunidad.
Esta iniciativa representa un cambio significativo respecto a políticas educativas anteriores, incluso las aplicadas durante los gobiernos de coalición entre el PP y la extinta Unión Valenciana (UV), un partido conocido por su firme postura regionalista.
Puntos Clave
- El gobierno valenciano excluirá a escritores en lengua catalana de Cataluña y Baleares del temario de Valenciano en Bachillerato.
- Nombres como Mercè Rodoreda y Maria Mercè Marçal dejarán de ser estudiados en esta asignatura.
- La medida se presenta como un paso sin precedentes, superando las políticas lingüísticas de la etapa de Unión Valenciana.
- Exdirigentes de UV afirman que su objetivo era defender a los autores valencianos, no eliminar a los catalanes del currículo valenciano.
- La decisión se enmarca en una serie de acciones del actual Consell que buscan redefinir las señas de identidad valencianas.
Una medida educativa con implicaciones políticas
La Conselleria de Educación, dirigida por el Partido Popular, impulsa una reforma curricular que afectará directamente a los contenidos de la asignatura de Lengua y Literatura Valenciana en la etapa de Bachillerato. El cambio más destacado es la exclusión de autores cuya procedencia sea Cataluña o las Islas Baleares, aunque compartan el mismo sistema lingüístico.
Esta decisión implica que los estudiantes valencianos ya no estudiarán obligatoriamente a figuras literarias de gran relevancia como Mercè Rodoreda, autora de La plaça del Diamant, o la poeta Maria Mercè Marçal. El criterio para la selección de autores se basará, según la nueva directriz, en su origen geográfico y no únicamente en su valor literario o su contribución a la lengua.
La medida ha sido interpretada como un paso firme hacia el secesionismo lingüístico, una corriente que defiende que el valenciano y el catalán son lenguas distintas. Esta postura contrasta con el criterio de la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL), la institución normativa oficial, que reconoce la unidad de la lengua.
Contexto histórico: la comparación con Unión Valenciana
Para entender el alcance de la decisión actual, es útil analizar el contexto de los años 90. Durante esa década, el Partido Popular gobernó en coalición con Unión Valenciana (UV), un partido de derecha regionalista con un fuerte discurso anticatalanista. UV fue clave para que Rita Barberá alcanzara la alcaldía de València en 1991 y para que Eduardo Zaplana presidiera la Generalitat en 1995.
El Pacto del Pollo de 1995
El acuerdo de gobierno entre Eduardo Zaplana (PP) y Vicente González Lizondo (UV) en 1995 fue conocido popularmente como el "pacto del pollo". Este pacto consolidó un ciclo político de más de dos décadas de gobiernos del Partido Popular en la Comunitat Valenciana y estuvo marcado por una fuerte política de reafirmación de los símbolos valencianos frente a lo que consideraban influencias catalanistas.
A pesar de su conocida línea política, las acciones de UV en materia educativa tuvieron un enfoque diferente al actual. Según testimonios de exdirigentes de la formación, como su antiguo secretario general Fermin Artagoitia, el objetivo principal de UV no era eliminar autores catalanes de las aulas valencianas.
Su principal reivindicación era que los grandes autores del Siglo de Oro valenciano, como Ausiàs March, Joanot Martorell o Isabel de Villena, no fueran presentados como "autores catalanes" en los libros de texto del sistema educativo de Cataluña. Presentaron iniciativas en Les Corts Valencianes y en el Congreso de los Diputados para exigir este reconocimiento.
"Nosotros nunca intentamos que la Conselleria de Educación valenciana eliminara a los autores catalanes de los textos, pero queríamos que se respetara a nuestros autores", señalan fuentes de la antigua dirección de UV.
Esta perspectiva histórica subraya la novedad de la medida adoptada por la coalición de PP y Vox. Mientras UV se centraba en la defensa y el reconocimiento de la autoría valenciana, la política actual opta por la exclusión directa de autores de otros territorios del mismo ámbito lingüístico.
La "guerra cultural" y la estrategia del Consell
La actual política lingüística del Consell presidido por Carlos Mazón se enmarca en lo que algunos analistas denominan una "guerra cultural". Esta estrategia, impulsada en gran medida por Vox, busca reforzar un marco cultural exclusivamente español y redefinir las señas de identidad valencianas.
A diferencia de los dirigentes de UV, que utilizaban el valenciano de forma habitual, el enfoque actual presenta matices distintos. El gobierno de PP y Vox ha adoptado un discurso muy crítico con entidades, asociaciones y editoriales a las que califica de "catalanistas".
Acciones recientes del Consell
- Reducción de ayudas: Se han planteado recortes presupuestarios para entidades culturales consideradas afines al catalanismo.
- Distanciamiento de la AVL: El Consell ha mostrado su intención de reducir la influencia de la Acadèmia Valenciana de la Llengua, el ente normativo que el propio PP ayudó a crear para pacificar el conflicto lingüístico.
- Ley de Señas de Identidad: Se recupera el espíritu de una ley similar que ya existió durante la presidencia de Alberto Fabra, orientada a proteger los símbolos considerados genuinamente valencianos.
La eliminación de autores catalanes y baleares del currículo es la medida más reciente y una de las más simbólicas de esta nueva etapa. La decisión plantea interrogantes sobre si responde a una iniciativa propia del PP o si es una concesión a las exigencias de su socio de gobierno, Vox.
Posibles motivaciones de la medida
Más allá del debate identitario, algunos analistas políticos sugieren que esta controversia podría funcionar como una maniobra de distracción. La generación de un debate lingüístico de alta intensidad podría desviar la atención mediática y ciudadana de otros asuntos de gestión relevantes, como la respuesta de la Generalitat a la reciente DANA que afectó gravemente a varias comarcas valencianas.
Independientemente de la motivación final, la consecuencia directa es que el canon literario que se enseñará en las aulas valencianas será modificado por un criterio geográfico. La calidad o relevancia de una obra literaria quedará supeditada al lugar de nacimiento de su autor, una decisión que redefine las fronteras de la cultura en la Comunitat Valenciana.