Casi un año después de las devastadoras inundaciones de la DANA de octubre de 2024, empresas valencianas como Vendival en Picanya e Industrias Alegre en Albal no solo han logrado reanudar su actividad, sino que celebran su resiliencia. A través de eventos conmemorativos, agradecen a empleados, proveedores y voluntarios que hicieron posible la reconstrucción tras pérdidas millonarias.
Puntos Clave
- Vendival, una pyme en Picanya, organiza una fiesta para agradecer a los voluntarios su ayuda en la limpieza de lodo y escombros.
- Industrias Alegre, un proveedor clave de Ford en Albal, conmemoró la superación de daños valorados en 50 millones de euros.
- Ambas empresas destacan el compromiso de sus trabajadores y el apoyo de proveedores como factores cruciales para su supervivencia.
- La recuperación implicó la retirada de miles de toneladas de lodo y la reconstrucción de plantas de producción en tiempo récord.
Vendival en Picanya: la lucha de una pyme
La empresa Vendival, dedicada a la fabricación de máquinas expendedoras y ubicada en el polígono Alquería de Moret de Picanya, fue una de las más afectadas por el desbordamiento del barranco del Poyo. José Manuel Barba, su propietario, recuerda que en los días posteriores a la riada solo pudieron salvar un vehículo, perdiendo casi toda su mercancía y maquinaria.
Nueve meses después, Barba organiza la “Fiesta Dana Vendival” para celebrar que la empresa sigue en pie. “Ha sido agónico, pero hay que celebrar lo bueno”, afirma. Este evento busca reunir a los voluntarios que ayudaron desinteresadamente a retirar el barro de sus instalaciones.
Un camino lleno de obstáculos
La recuperación no ha sido fácil. La empresa se enfrentó a meses de incertidumbre a la espera de la indemnización del Consorcio de Compensación de Seguros, que no llegó hasta hace apenas tres semanas. “Aguantamos por la buena voluntad de los proveedores y el aguante de los clientes”, explicaba Barba en diciembre de 2024.
Mientras esperaban, la empresa tuvo que aplicar un ERTE, aunque reincorporó a la plantilla progresivamente para poder seguir operando. Incluso con la ayuda de naves prestadas y vehículos cedidos, el proceso fue muy difícil. Para añadir más dificultades, la planta sufrió un robo hace unos días, en el que sustrajeron la caja fuerte. “Hemos pasado una pandemia, la dana y ahora un robo... ¡para no celebrar que estamos aquí!”, comenta Barba con resignación y fortaleza.
La búsqueda de los héroes anónimos
José Manuel Barba está intentando localizar a tres militares de Murcia que, tras finalizar una misión en Letur, dedicaron sus dos días libres a ayudar en las tareas de limpieza en Picanya. A pesar de sus esfuerzos, incluyendo consultas al Ejército de Tierra con fotografías de los soldados, no ha logrado encontrarlos. Su objetivo es agradecerles personalmente su gesto durante la fiesta de celebración.
Industrias Alegre: una reconstrucción millonaria
En Albal, la multinacional Industrias Alegre, un referente en el sector de la automoción y proveedor estratégico de Ford, también sufrió un golpe devastador. La compañía cuantificó los daños en sus instalaciones en 50 millones de euros. La riada afectó a la práctica totalidad de su maquinaria y dejó la planta de producción irreconocible.
La semana pasada, la empresa organizó un encuentro especial para agradecer a trabajadores, familias, clientes, proveedores y voluntarios su papel en la reconstrucción. El evento sirvió para hacer balance del esfuerzo realizado y celebrar el regreso a la normalidad.
Cifras de la reconstrucción
El esfuerzo para recuperar la planta de Industrias Alegre fue monumental. Según la compañía, los trabajos de limpieza implicaron la retirada de 8.400 toneladas de lodo y la sustitución de maquinaria que quedó completamente inservible.
Una estrategia de recuperación global
Para evitar la interrupción del suministro a clientes clave como Ford, Industrias Alegre activó de inmediato una red de producción externa. Esta red se apoyó en colaboradores de diferentes puntos de España, Portugal y Alemania, así como en su segunda planta, ubicada en Polonia.
Este plan de contingencia permitió que los clientes recuperaran su ritmo normal de suministro apenas un mes después del desastre, un logro que la dirección califica como “un esfuerzo empresarial enorme”.
El valor del compromiso humano
Tanto en Vendival como en Industrias Alegre, los directivos coinciden en que el factor humano fue determinante. La solidaridad de voluntarios y la lealtad de proveedores fueron importantes, pero el compromiso de los propios trabajadores fue la pieza clave.
En el acto de Industrias Alegre, su CEO, Enrique Careaga, dedicó unas palabras de agradecimiento a su plantilla.
“Vinieron a salvar su empresa antes incluso de arreglar lo suyo. Solo podemos decir gracias. Por el compromiso, la confianza y la energía que han hecho posible este renacer.”
Mónica Alegre, directora de ventas y miembro de la familia fundadora, también ofreció un discurso emotivo, acompañado de un vídeo que resumía los meses de trabajo intenso. Careaga concluyó el evento con un mensaje de optimismo, asegurando que la adversidad les ha fortalecido.
“Hemos vuelto mejores. Porque hemos convertido la calamidad en una oportunidad para ser más eficientes”, finalizó el CEO, reflejando el espíritu de superación que ha definido la respuesta del tejido empresarial valenciano a una de las peores catástrofes naturales de su historia reciente.





