El mercado de la vivienda en Valencia presenta una creciente disparidad: el esfuerzo económico que una familia debe realizar para alquilar un piso ya duplica al necesario para pagar la hipoteca de una vivienda en propiedad. Los inquilinos valencianos destinan casi el 40% de sus ingresos mensuales a la renta, una cifra que supera con creces las recomendaciones financieras y pone de manifiesto la tensión en el sector.
Este fenómeno, impulsado por una escalada de precios en los alquileres y un contexto de tipos de interés que ha favorecido la compra, sitúa a Valencia, junto a Barcelona, como una de las ciudades españolas con mayor brecha entre el coste de arrendar y el de adquirir una propiedad.
Puntos Clave
- El esfuerzo para alquilar en Valencia consume el 39% de los ingresos familiares, frente al 20% para comprar.
- En la ciudad de Valencia, la cifra para inquilinos asciende al 41%, mientras que para propietarios es del 27%.
- En los últimos tres años, el precio del alquiler en la Comunitat Valenciana ha subido un 46%, mientras que los salarios solo un 4,3%.
- Expertos inmobiliarios coinciden en que comprar es más ventajoso, pero la barrera de entrada es el ahorro inicial necesario.
Una brecha cada vez más profunda en el acceso a la vivienda
Los datos del tercer trimestre de 2025 revelan una realidad financiera compleja para los valencianos. Según un análisis del portal inmobiliario Idealista, una familia media en la provincia de Valencia necesita destinar un 39% de sus ingresos netos para hacer frente al pago del alquiler. En contraste, la cuota de una hipoteca para una vivienda de características similares requeriría solo un 20% de esos mismos ingresos.
Esta diferencia se acentúa aún más si se analiza exclusivamente la ciudad de Valencia. En el 'cap i casal', el esfuerzo para los inquilinos se eleva hasta el 41%, mientras que para los compradores se sitúa en el 27%. Ambas cifras para el alquiler sobrepasan holgadamente el umbral del 30% que las entidades financieras y los expertos en economía familiar consideran como el límite máximo recomendable para destinar a la vivienda.
¿Qué es la 'tasa de esfuerzo'?
La tasa de esfuerzo inmobiliario es un indicador que mide el porcentaje de los ingresos netos de un hogar que se destina al pago de la vivienda, ya sea en concepto de alquiler o de cuota hipotecaria. Es una métrica fundamental para evaluar la accesibilidad de la vivienda en una determinada zona.
Las causas del desequilibrio: oferta escasa y precios disparados
El principal motor detrás de esta situación es la dinámica del mercado del alquiler. La oferta de viviendas disponibles para arrendar es insuficiente para cubrir la alta demanda, lo que ha provocado un incremento sostenido y pronunciado de los precios en los últimos años.
Los datos son contundentes: en la Comunitat Valenciana, el coste de los alquileres se ha encarecido un 46% en los últimos tres años. Este aumento contrasta drásticamente con la evolución de los salarios en el mismo periodo, que apenas han crecido un 4,3%. Esta divergencia ha llevado a que el coste medio de un piso de unos 70 metros cuadrados en la ciudad de Valencia supere ya los 1.600 euros mensuales.
Paralelamente, la política monetaria de los últimos años, con tipos de interés relativamente bajos, ha mantenido las cuotas hipotecarias en niveles más asequibles, abriendo aún más la brecha con respecto al alquiler.
La opinión de los expertos: comprar es la opción, si se tienen ahorros
Ante este escenario, los profesionales del sector inmobiliario coinciden en su recomendación para aquellos con estabilidad financiera.
"Si puedes acceder a comprar porque tienes ahorros, es mejor hacerlo que alquilar", afirma Nora García, presidenta de la Asociación de Empresas Inmobiliarias de la Comunitat Valenciana (Asicval).
Sin embargo, García señala el principal obstáculo: la barrera de entrada. "El problema es que para un piso de 200.000 euros necesitas como mínimo tener ahorrados 62.000 euros", explica, en referencia al dinero necesario para la entrada y los gastos de gestión, una cantidad que no está al alcance de muchas familias y, especialmente, de los más jóvenes.
Vicente Díez, portavoz del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria (API) de Valencia, comparte esta visión y recomienda la compra a quienes tengan la capacidad financiera para ello. Díez reconoce que el esfuerzo para alquilar se ha acentuado notablemente debido a la falta de oferta, que ha disparado los precios y complicado el acceso a la vivienda para miles de ciudadanos.
Valencia en el ranking nacional
La situación de Valencia no es un caso aislado, pero sí uno de los más pronunciados. Se encuentra entre las capitales de provincia con mayor esfuerzo para alquilar:
- Palma: 46%
- Barcelona: 45%
- Málaga: 41%
- Valencia: 40%
- Alicante: 39%
- Madrid: 39%
El panorama en el resto de España
La tendencia de un mayor esfuerzo para alquilar que para comprar se repite en la mayoría de las grandes ciudades españolas. En total, diez capitales de provincia superan el umbral del 30% de esfuerzo recomendado para el alquiler. Palma (46%), Barcelona (45%) y Málaga (41%) lideran esta clasificación, con Valencia muy cerca.
A nivel provincial, Málaga es la que exige un mayor sacrificio a los inquilinos, con un 52% de los ingresos familiares destinados a la renta. Le siguen Baleares (50%) y Barcelona (44%).
En el lado de la compra, solo cinco capitales superan el 30% de tasa de esfuerzo: Palma (45%), Málaga (38%), San Sebastián (38%), Madrid (33%) y Barcelona (31%). En la mayoría de los mercados, comprar una vivienda sigue siendo, mes a mes, una opción financieramente menos exigente que alquilarla, aunque el desafío del ahorro inicial sigue siendo el principal impedimento para que muchas familias den el paso.





