A medida que se acerca la fecha para la investidura de un nuevo gobierno en la Generalitat Valenciana, la coalición de izquierdas formada por PSPV y Compromís se enfrenta a un escenario político complejo. El inminente pacto entre el Partido Popular y Vox, junto con la salida de Carlos Mazón, ha dejado a la oposición sin su principal argumento de campaña y con dificultades para articular un discurso alternativo coherente.
La estrategia de PP y Vox de mantener en secreto los detalles de su acuerdo ha demostrado ser efectiva, controlando los tiempos y la narrativa política, mientras la izquierda busca un nuevo enfoque para fiscalizar al futuro ejecutivo.
Puntos Clave
- El pacto de gobierno entre PP y Vox en la Comunitat Valenciana es inminente, con la investidura de Juanfran Pérez Llorca prevista para el 27 de noviembre.
- La salida de Carlos Mazón como president en funciones ha invalidado el principal eje del discurso de la oposición, que se centraba en exigir su dimisión por la gestión de la DANA.
- PSPV y Compromís se encuentran en una posición reactiva, sin conocer el contenido del acuerdo de gobierno, lo que limita su capacidad de crítica.
- La estrategia de secretismo de PP y Vox contrasta con el pacto de 2023, que generó una fuerte movilización social y política por parte de la izquierda.
El final de la era Mazón y el vacío en la oposición
Durante el último año, la agenda política de PSPV y Compromís ha girado casi exclusivamente en torno a la gestión de la DANA del 29 de octubre y la petición de responsabilidades a Carlos Mazón. La exigencia de su dimisión se convirtió en el pilar fundamental de su labor de oposición, un reclamo que resonaba con el sentir de las víctimas y una parte de la ciudadanía.
Sin embargo, la renuncia de Mazón, motivada más por la presión social y los resultados de las encuestas que por la acción directa de la oposición, ha provocado un efecto inesperado: un vacío discursivo. Con el principal responsable político fuera de escena, los partidos de izquierda se ven obligados a redefinir su estrategia con urgencia.
La investidura de Juanfran Pérez Llorca como nuevo president, programada para el próximo jueves, marca un punto de inflexión. Pérez Llorca ya ha señalado su intención de distanciarse de la gestión anterior, buscando iniciar una nueva etapa y neutralizar las críticas heredadas.
La búsqueda de una nueva narrativa
La insistencia de la oposición en reclamar elecciones autonómicas, una opción poco probable en el actual contexto, evidencia la dificultad para construir una alternativa sólida. Mientras los actos y declaraciones se suceden, la sensación general es que el discurso se ha quedado anclado en un pasado que está a punto de ser superado por los acontecimientos.
Diputados de la izquierda ya advertían internamente que centrar toda la estrategia en la figura de Mazón podría ser contraproducente. Una vez consumada su salida, la pregunta que ahora resuena en los pasillos de Les Corts es cuál será el nuevo rumbo de la oposición.
El precedente del pacto de 2023
El anterior acuerdo de gobierno entre PP y Vox en 2023 fue un documento público que generó un intenso debate y permitió a la izquierda movilizar a su electorado. Esa movilización fue considerada un factor clave en los resultados de las elecciones generales de julio de ese año. En esta ocasión, la discreción parece ser la táctica elegida para evitar un desgaste similar.
La estrategia del silencio de PP y Vox
A diferencia de negociaciones anteriores, PP y Vox han optado por el hermetismo absoluto en torno a su pacto de gobierno. No se ha filtrado ningún documento ni se han escenificado reuniones, lo que ha descolocado por completo a sus adversarios políticos. Es difícil criticar o fiscalizar un acuerdo cuyo contenido se desconoce.
Esta táctica permite a la nueva coalición de gobierno controlar los tiempos y el foco mediático. El interés periodístico se centra en intentar obtener alguna pista de los dirigentes de PP y Vox, quienes han logrado imponer su agenda sin necesidad de dar explicaciones detalladas. Su mayoría parlamentaria y la aparente buena sintonía entre ambas formaciones facilitan esta gestión de la información.
Para PSPV y Compromís, esta falta de información es un obstáculo significativo. Sin un programa de gobierno que analizar, sus críticas se basan en generalidades sobre la naturaleza de la coalición, perdiendo la contundencia que tendrían si pudieran señalar puntos concretos del acuerdo.
Un nuevo tablero político en la Comunitat Valenciana
Con la investidura a la vuelta de la esquina, el panorama político valenciano se reconfigura. El nuevo gobierno de PP y Vox buscará pasar página rápidamente a la crisis de la DANA y a la gestión de Carlos Mazón, centrándose en su propia agenda legislativa y ejecutiva.
Para la oposición, el desafío es doble. Por un lado, deben adaptarse a un nuevo escenario sin su principal adversario político de los últimos meses. Por otro, necesitan encontrar una forma efectiva de ejercer su labor de control sobre un gobierno que, por ahora, ha sabido jugar sus cartas con astucia, manteniendo a la oposición en un estado de espera e incertidumbre.
El debate de investidura de la próxima semana será crucial. Será el primer enfrentamiento directo entre el nuevo ejecutivo y una oposición que necesita demostrar que tiene un proyecto y un discurso alternativo para la Comunitat Valenciana, más allá de la crítica a la gestión de una crisis que ya forma parte del pasado político inmediato.





