La Sala Russafa de Valencia acoge del 7 al 9 de noviembre la obra "Ada Byron, la tejedora de números", una producción que explora la vida y el legado de la matemática considerada la primera programadora de la historia. La compañía asturiana La Westia presenta un montaje que indaga en la compleja relación entre la ciencia, el arte y los lazos familiares.
La pieza teatral se centra en una de las grandes incógnitas de la biografía de Ada Lovelace: su decisión de ser enterrada junto a su padre, el célebre poeta Lord Byron, a quien apenas conoció. A través de diálogos ficticios y un repaso a su vida desde su lecho de muerte, la obra busca dar respuesta a esta pregunta, revelando las tensiones de una mujer atrapada entre la lógica de los números y la herencia poética de su padre.
Puntos Clave
- La obra "Ada Byron, la tejedora de números" se representa en la Sala Russafa del 7 al 9 de noviembre.
- Explora la vida de Ada Lovelace, pionera de la informática, y su relación con su padre, Lord Byron.
- El montaje, de la compañía La Westia, ganó el Premio Jovellanos 2023.
- El dramaturgo, César Alonso, es también matemático y actor en la obra.
- La trama combina drama familiar con conceptos científicos para acercar la figura de Lovelace al gran público.
Una científica adelantada a su tiempo
Ada Lovelace murió a los 36 años, una edad temprana que, para muchos, truncó una carrera brillante. Sin embargo, el autor de la obra, César Alonso, sugiere que el mayor obstáculo para su legado no fue su muerte prematura, sino su condición de mujer en el siglo XIX. "Hay matemáticos muy importantes, como Évariste Galois, cuyos descubrimientos y teorías están muy presentes hoy a pesar de fallecer a los 21 años", explica Alonso.
A pesar de las barreras de género, Lovelace contó con una ventaja: su origen aristocrático. Como hija de Lord Byron, tuvo acceso a una educación en ciencias e idiomas negada a la mayoría de las mujeres de su época. Esto le permitió relacionarse con algunas de las mentes más brillantes del momento, como Charles Dickens y Charles Darwin.
El primer algoritmo de la historia
En 1843, Ada Lovelace tradujo un artículo del ingeniero italiano Luigi Menabrea sobre la máquina analítica de Charles Babbage. Lovelace no se limitó a traducir; añadió una serie de notas que multiplicaban la extensión del texto original. En una de ellas, describió un algoritmo para que la máquina calculara los números de Bernoulli. Este se considera el primer programa informático jamás escrito, un siglo antes de la invención de los ordenadores modernos.
No obstante, su trabajo no recibió el reconocimiento merecido en vida. "A pesar de que tenía contacto con científicos, no se le dio valor y muchas de sus investigaciones estuvieron 80 años en un cajón", lamenta Alonso, quien también es matemático y vuelca su doble pasión en el texto.
Entre la razón y la poesía
La trama de "Ada Byron, la tejedora de números" se construye sobre la dualidad que marcó la vida de su protagonista. Por un lado, su madre, Anna Isabella Noel Byron, una matemática y activista antiesclavista que la educó en la ciencia para alejarla de la "locura poética" de su padre. Por otro, la sombra de Lord Byron, el padre ausente pero omnipresente en la sociedad de la época.
La obra imagina un encuentro entre padre e hija donde exploran la conexión entre sus mundos aparentemente opuestos. En una escena, comparan las palabras "poema" y "teorema".
"En ese guiño, quería comparar la satisfacción con la que los matemáticos vivimos la demostración de un resultado que llevamos persiguiendo mucho tiempo con la que debe experimentar un escritor al lograr plasmar lo que siente en un papel. Demostrar un teorema debe despertar sensaciones parecidas a terminar un poema", detalla el autor.
Esta "ciencia poética", como la propia Ada la describió en una carta, es el eje central de la propuesta escénica. La obra se atreve a introducir conceptos matemáticos, algunos complejos, confiando en la fuerza de la interpretación para conectar con el público.
El misterio de su última voluntad
La decisión de Lovelace de reposar eternamente junto a un padre al que no veía desde que tenía un mes de vida es el motor del conflicto dramático. Lord Byron murió cuando ella tenía nueve años, pero su leyenda la persiguió siempre. La obra reflexiona sobre el posible significado de este gesto, interpretándolo como una forma de reconciliar las dos mitades de su identidad.
La madre de Ada, Anna Isabella, nunca se reconcilió con Lord Byron. La elección de su hija de ser enterrada junto a él debió suponer un profundo conflicto para una mujer que dedicó su vida a protegerla de la influencia del poeta.
La propuesta de La Westia, galardonada con el Premio Jovellanos 2023, no solo reivindica la figura de una científica pionera, sino que también ofrece una reflexión sobre la ausencia, la herencia y la búsqueda de la propia identidad. La obra cuenta en su elenco con Ici Díaz, Francisco Pardo, Isabel Marcos y el propio César Alonso, quien interpreta al ingeniero Charles Babbage.
Una historia de ciencia con "salseo" familiar
Para hacer la ciencia más accesible, Alonso utiliza el "salseo" de la familia Byron, una de las más famosas y polémicas de su tiempo. Las infidelidades del poeta, el abandono de su esposa e hija, y la estricta educación impuesta por la madre son el telón de fondo sobre el que se proyecta el genio de Ada.
La obra no huye de la complejidad científica, pero la enmarca en un drama humano universal. Se incluyen desde acertijos y paradojas hasta un pasaje titulado "Los números de la verdad", que, según el autor, es muy técnico pero se ha convertido en uno de los favoritos del público por la pasión con la que se interpreta.
"Ada Byron, la tejedora de números" se presenta así como una oportunidad única para descubrir en Valencia la fascinante historia de una mujer que imaginó el futuro digital en una época de máquinas de vapor, y cuya vida fue un complejo teorema que intentó resolver la ecuación entre el corazón y la razón.





