La campaña del arroz en Valencia ha concluido con resultados calificados como "desastrosos" por las principales asociaciones de agricultores. Las altas temperaturas registradas este año han provocado una drástica reducción de la producción, con pérdidas que oscilan entre el 20% y el 80% en algunas explotaciones, poniendo en jaque a un sector clave para la economía y el ecosistema de la región.
El principal responsable de esta situación es la proliferación del hongo de la piricularia, una enfermedad que ha encontrado en el calor un aliado perfecto para expandirse por los arrozales. Esta crisis amenaza directamente a variedades emblemáticas como la Bomba y la Albufera, esenciales para la paella valenciana.
Puntos Clave
- La producción de arroz en Valencia ha caído entre un 20% y un 80% esta campaña.
- El calor extremo ha favorecido la expansión del hongo de la piricularia.
- Los agricultores denuncian la falta de fungicidas efectivos autorizados por la UE.
- Muchos productores se plantean no sembrar el próximo año, lo que supondría un grave riesgo medioambiental para la Albufera.
- El sector exige medidas urgentes, como permisos excepcionales para tratamientos y un etiquetado de origen obligatorio.
Una Cosecha "Ruinosa" en los Campos de la Albufera
Las organizaciones agrarias como la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) y La Unió Llauradora i Ramadera coinciden en el diagnóstico. Describen la situación como un "caos productivo" y califican esta campaña como "la siega más ruinosa que se recuerda".
Manolo Planells, delegado de AVA-ASAJA en Sedaví, explica que el problema tiene un doble origen. "Ha hecho muchísimo calor, lo que ha hecho aumentar el hongo de la piricularia, junto a la falta de materias activas para tratarla por las prohibiciones que exige Europa", señala. Esta combinación ha sido devastadora para los cultivos.
Variedades en Peligro
La piricularia ha afectado con especial virulencia a las variedades más apreciadas y simbólicas de la gastronomía valenciana, como son la Bomba, Albufera y, en menor medida, J. Sendra. Estas variedades son fundamentales para la elaboración de la auténtica paella valenciana.
Carles Peris, secretario general de La Unió, comparte esta visión y subraya que las condiciones meteorológicas han sido "muy favorables para que el hongo se reproduzca". El resultado es una cosecha mermada y una profunda preocupación en el sector.
El Clima y la Falta de Herramientas Agravan la Crisis
La piricularia es conocida por ser la enfermedad más dañina para el arroz debido a su rápida propagación y su impacto comercial. Sin embargo, los agricultores se sienten indefensos. Denuncian que las restricciones europeas les han dejado con una sola familia de productos para combatirla, la cual ha generado resistencias y ha perdido efectividad.
Por este motivo, el colectivo agrario reclama al Gobierno y a las autoridades europeas que se agilicen los permisos excepcionales para el uso de fungicidas que han demostrado ser eficaces en otras regiones. Sin estas herramientas, afirman, la viabilidad del cultivo está en serio peligro.
El Legado de las Danas
Al problema del hongo se suman los efectos del cambio climático. Las danas (Depresión Aislada en Niveles Altos) de los últimos años han dejado una profunda huella. Campos en zonas como Massanassa y Catarroja todavía sufren las consecuencias del lodo de la devastadora dana de hace un año. Episodios más recientes, como la dana 'Alice', causaron pérdidas estimadas en dos millones de euros, y las lluvias torrenciales del puente del 9 d'Octubre inundaron más de 500 hectáreas que estaban a punto de ser segadas.
Esta acumulación de factores adversos ha llevado a muchos agricultores a una situación límite. La crisis económica que arrastra el sector desde hace años se agudiza ahora con una de las peores cosechas de la historia reciente.
El Futuro Incierto del Arrozal Valenciano
La consecuencia más alarmante de esta crisis es la incertidumbre sobre el futuro. "Muchos agricultores están pensando en no sembrar", advierte Manuel Planells. Esta decisión, motivada por la falta de rentabilidad, tendría consecuencias que van más allá de lo económico.
"Si el agricultor decide no sembrar, el parque natural [de la Albufera] va a estar en seco y eso es un desastre medioambiental tremendo", afirma Planells.
El cultivo del arroz es fundamental para el equilibrio ecológico de la Albufera, uno de los humedales más importantes de Europa. La inundación de los campos para el cultivo crea un ecosistema vital para innumerables especies de aves y fauna acuática.
La Lucha por un Etiquetado Justo
Mientras luchan contra las plagas y el clima, los arroceros valencianos también enfrentan otro desafío: la competencia de las importaciones. Carles Peris, de La Unió, destaca que el aumento de la importación de arroz de terceros países en la Unión Europea presiona los precios a la baja, perjudicando al productor local.
Para combatir lo que consideran una competencia desleal, el sector exige que se implemente un etiquetado obligatorio que indique claramente el país de origen del arroz. Argumentan que muchas marcas utilizan símbolos valencianos en sus envases, induciendo a error al consumidor sobre la procedencia del producto.
Recientemente, el Congreso de los Diputados aprobó una Proposición No de Ley para instar a la Unión Europea a hacer obligatorio este etiquetado. La medida busca proteger tanto a los agricultores como a los consumidores, garantizando la transparencia y el valor del arroz cultivado en Valencia.





