El compositor valenciano Francisco Coll (1985) presenta su nueva ópera, "Enemigo del pueblo", una obra encargada por el Palau de Les Arts para conmemorar su vigésimo aniversario. La pieza, una adaptación libre del clásico de Henrik Ibsen, explora temas como la polarización, la manipulación de la opinión pública y la lucha del individuo contra la masa, todo ello envuelto en un lenguaje musical que fusiona la tradición con la vanguardia del siglo XXI.
A sus 39 años, Coll, galardonado con el Premio Nacional de Música, se enfrenta al reto de dirigir su propia creación en el principal escenario operístico de su tierra natal. La obra, que se estrenará el próximo 5 de noviembre, promete ser un evento cultural de primer orden, no solo por la celebración del auditorio, sino por la relevancia de su mensaje en la sociedad actual.
Puntos Clave
- Estreno Mundial: La ópera "Enemigo del pueblo" es un encargo del Palau de Les Arts y el Teatro Real para el 20º aniversario de la institución valenciana.
- Adaptación de Ibsen: Francisco Coll y el director de escena Àlex Rigola reinterpretan el drama de Ibsen para reflexionar sobre la polarización y el fanatismo contemporáneos.
- Música con Raíces: La partitura incluye elementos de la música popular valenciana, como un pasodoble distorsionado, para representar musicalmente el desajuste social.
- Temas Universales: Más allá de la política, la obra profundiza en la tolerancia, la indulgencia y las relaciones humanas, evitando tomar partido ideológico.
Una Ópera para el Siglo XXI
La gestación de "Enemigo del pueblo" comenzó hace más de una década, tras el éxito de su primera ópera de cámara, “Cafe Kafka”. Sin embargo, fue la propuesta conjunta de Les Arts y el Teatro Real la que impulsó la creación de esta ópera de gran formato. Coll eligió la obra de Ibsen por su poderosa temática: el enfrentamiento del individuo contra la colectividad.
"Es un arquetipo que llevo estudiando en mi música desde hace veinte años", explica el compositor. Para él, la tensión entre un solista y la orquesta es un reflejo de la lucha del héroe contra la multitud. No obstante, aclara que su intención nunca fue hacer una versión literal, sino una adaptación que funcionara en el contexto operístico actual.
La Reinterpretación de un Clásico
Junto a Àlex Rigola, responsable del libreto y la dirección de escena, Coll se propuso crear "otro animal", una obra con vida propia. El objetivo principal fue evitar una politización explícita. "La ópera expone y, a partir de ahí, cada uno que saque sus conclusiones", afirma Coll, subrayando la importancia de mantener una distancia crítica en una era de fanatismo extremo.
El título, "Enemigo del pueblo", funciona como una trampa conceptual, ya que el protagonista de Ibsen es, en realidad, quien busca el bien común. Coll juega con esta ambigüedad y la traslada a un plano más profundo, centrándose en valores como la indulgencia y el amor, especialmente a través de la relación fraternal entre los dos protagonistas, el doctor y el alcalde.
El Legado de Ibsen
Henrik Ibsen escribió "Un enemigo del pueblo" en 1882. La obra narra la historia del Dr. Stockmann, quien descubre que las aguas del balneario de su pueblo, principal fuente de ingresos, están contaminadas. Al intentar hacer pública la verdad, se enfrenta al poder político y económico, y es declarado "enemigo del pueblo" por la misma gente a la que intenta salvar. La pieza es una crítica a la tiranía de la mayoría y la hipocresía social.
La Música como Reflejo Social
La partitura de Francisco Coll es un elemento fundamental para entender la visión de la obra. El compositor valenciano recurre a sus raíces para construir un paisaje sonoro que dialoga directamente con el conflicto. Un ejemplo claro es el uso del pasodoble en la obertura.
"Decidí escribir un pasodoble para la obertura porque he entendido el pasodoble como la música del pueblo. Pero es un pasodoble totalmente desencajado, distorsionado. El desajuste social actual se representa a partir del desajuste de su música popular".
Esta no es la primera vez que Coll integra la música popular en su trabajo. Para él, es una forma de universalismo, no de nacionalismo, que lo conecta con compositores como Bartók o Charles Ives. "Uso el pasodoble porque nací en Valencia en 1985 y es la música con la que he crecido", confiesa, recordando cómo de niño improvisaba con su trombón en los pasacalles de Quart de Poblet.
El Equilibrio entre lo Familiar y lo Extraño
Mantener la atención del público durante una hora y media es uno de los grandes desafíos de la ópera contemporánea. Coll lo aborda buscando un equilibrio entre elementos reconocibles y otros más abstractos. "Hacer una música abstracta y totalmente desconectada es fácil. Y también lo es hacer la música más bella y simple", reflexiona. "Lo difícil es un balance entre ambas: conseguir algo bello, que contenga belleza real y que al mismo tiempo sea interesante y contenga pensamiento".
Esta filosofía se traduce en una obra que busca estimular al espectador sin alienarlo, invitándolo a una escucha activa para descubrir las múltiples capas de significado. La música, según Coll, debe ser conocimiento y pensamiento, no solo entretenimiento.
Un Compositor Visual
Francisco Coll tiene sinestesia, una condición neurológica que le permite "ver" la música. "Un Re sostenido lo veo rojo, por ejemplo", explica. Esta cualidad influye profundamente en su proceso creativo, hasta el punto de que visualiza las notas antes de escribirlas. La pintura, otra de sus pasiones, le sirve como herramienta para desatascarse cuando se siente bloqueado en la composición.
Un Viaje de Madurez Artística
El estreno de "Enemigo del pueblo" llega una década después de que Les Arts presentara su anterior ópera, "Café Kafka". Este tiempo ha servido a Coll para depurar su estilo. "He desarrollado algunos aspectos que ya propuse entonces, pero sobre todo me he deshecho de muchas cosas innecesarias", comenta. Se siente más maduro, especialmente en el tratamiento de las voces, y más seguro en su búsqueda de una "belleza honesta, que esté en la superficie, descarada".
Crecer bajo la etiqueta de "el máximo compositor español de nuestro tiempo" no parece haberle añadido presión. "Procuro que me afecten lo mismo las cosas buenas y las malas. Obviamente agradezco cuando son buenas, pero tampoco me las creo mucho", asegura con humildad. Su foco, tras el éxito de "Café Kafka", fue simplemente hacerlo mejor la próxima vez.
El Regreso a Casa
Para un músico que creció en Valencia, que recuerda pasar de niño por el puente de Monteolivete y soñar con estrenar una ópera en ese imponente edificio, este encargo es un honor. Aunque reside en Suiza, su conexión con Valencia es profunda y constante. "De alguna forma me siento más valenciano en Suiza que aquí", admite, revelando que obras con títulos tan locales como "Turia" fueron compuestas en el extranjero.
A pesar del tópico de "Valencia, terra de músics", Coll mantiene una visión crítica y competitiva. "Es mejor pensar que otros lo hacen mejor", dice, recordando su mentalidad cuando fue a estudiar a Londres. No obstante, reconoce el talento excepcional que emerge de la Comunitat Valenciana gracias a la singular cultura de las bandas de música.
Con "Enemigo del pueblo", Francisco Coll no pretende que el público salga del teatro sabiendo a quién votar, sino que reflexione sobre la condición humana. "Estoy hablando de los intereses personales versus los intereses públicos, de la corrupción, de qué fácil es manipular la opinión de la masa. Son temas universales", concluye. Una ópera que, en sus propias palabras, "solo haya podido ser estrenada ahora y no en el pasado o en el futuro".





