El 29 de octubre de 2024, la DANA que azotó la provincia de Valencia puso a prueba la capacidad de respuesta de las administraciones públicas. Mientras la lentitud de la Generalitat Valenciana es objeto de investigación, decisiones tomadas a tiempo por ayuntamientos como Utiel y Torrent, y por las empresas públicas Renfe y Adif, evitaron una tragedia mayor. La suspensión del tráfico ferroviario minutos antes del colapso de infraestructuras clave fue fundamental para proteger a cientos de pasajeros.
La periodista Loreto Ochando es una de las personas que considera que una de estas decisiones le salvó la vida. Su tren AVE con destino a Madrid fue cancelado a las 17:42, poco antes de que el túnel por el que debía pasar quedara completamente inundado. Su testimonio, junto a otros, pone de relieve cómo la gestión preventiva en momentos críticos puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.
Puntos Clave del Artículo
- La respuesta a la DANA del 29 de octubre de 2024 en Valencia tuvo resultados dispares según la administración.
- Actuaciones preventivas de Renfe, Adif y ayuntamientos como Utiel y Torrent fueron decisivas para salvar vidas.
- La suspensión del servicio de AVE a las 17:42 evitó que un tren entrara en el túnel de Torrent, que se inundó minutos después.
- El testimonio de la periodista Loreto Ochando ilustra el impacto directo de esta medida en la seguridad de los pasajeros.
- La investigación judicial y periodística, tras casi un año, señala la lentitud de la respuesta de la Generalitat como un factor que agravó las consecuencias.
La gestión del transporte ferroviario en plena crisis
En medio del caos provocado por las lluvias torrenciales, la gestión de las infraestructuras de transporte se convirtió en un factor determinante. Adif, el gestor de la infraestructura ferroviaria, y Renfe, el operador de los trenes, tomaron una serie de decisiones basadas en el seguimiento en tiempo real de la situación.
La más significativa fue la suspensión del servicio de alta velocidad entre Valencia y Madrid. Esta medida se adoptó a las 17:42 horas, un momento que posteriormente se revelaría como crucial. La decisión afectó a cientos de viajeros, pero evitó que los trenes quedaran atrapados o, peor aún, sufrieran accidentes graves.
El caso del túnel de Torrent
El punto más crítico de la red de alta velocidad ese día fue el túnel situado en el término municipal de Torrent. Minutos después de que se ordenara la detención de los trenes, esta infraestructura quedó completamente anegada por el agua. Las imágenes posteriores mostraron cómo la fuerza de la corriente había llegado incluso a descalzar tramos de las vías, lo que evidencia el enorme riesgo que existía.
Si un tren hubiera estado circulando por ese tramo en el momento de la inundación, las consecuencias habrían sido catastróficas. La decisión de suspender el servicio no fue una simple precaución, sino una acción que, según testigos y expertos, evitó una posible "masacre".
Cronología de una decisión vital
- 29 de octubre, madrugada: Comienzan las lluvias intensas de la DANA en la provincia de Valencia.
- 17:42 horas: Renfe y Adif ordenan la suspensión del tráfico del AVE Valencia-Madrid.
- Pocos minutos después: El túnel de alta velocidad en Torrent se inunda por completo, sufriendo graves daños estructurales.
El testimonio que pone rostro a la tragedia evitada
La periodista valenciana Loreto Ochando tenía previsto viajar a Madrid por trabajo en uno de los trenes AVE de esa tarde. Se encontraba en la estación Joaquín Sorolla de València cuando se anunció la cancelación del servicio. Su experiencia personal refleja la de muchos otros viajeros que, en ese momento, solo sintieron la frustración de un viaje interrumpido.
“Me gustaría encontrar al funcionario que suspendió a las 17:42 del pasado 29 de octubre el AVE que tenía que coger desde la estación Joaquín Sorolla de València a Madrid, me salvó la vida”.
Con el paso de las horas y al conocerse la magnitud del desastre en el túnel de Torrent, la percepción cambió radicalmente. Lo que inicialmente fue un contratiempo se convirtió en un alivio. Ochando, como otros pasajeros, comprendió que esa decisión administrativa le había salvado de un peligro inminente y mortal. “Hubiera sido una masacre”, afirmó la periodista al reflexionar sobre lo que podría haber ocurrido.
El contraste en la respuesta institucional
Tras casi once meses de análisis e investigaciones, ha surgido un claro contraste entre la actuación de diferentes niveles de la administración. Por un lado, la diligencia de entidades como Renfe y Adif, y por otro, la criticada lentitud en la respuesta del gobierno autonómico.
Administraciones locales en primera línea
Además de los gestores ferroviarios, varios ayuntamientos tomaron medidas proactivas que resultaron clave. Los consistorios de Utiel y Torrent, ambos gobernados por el PP, activaron sus planes de emergencia con antelación, evacuando zonas de riesgo y alertando a la población. Estas acciones locales, más cercanas al territorio, se han puesto como ejemplo de buena gestión frente a la catástrofe.
La investigación sobre la Generalitat
La actuación de la Generalitat Valenciana durante las primeras horas de la DANA sigue siendo uno de los puntos más controvertidos. La investigación judicial y periodística apunta a que una respuesta más rápida y coordinada desde el nivel autonómico podría haber mitigado las consecuencias y, potencialmente, reducido el número de víctimas mortales.
La percepción generalizada entre la ciudadanía es que la demora en la activación de alertas y en la movilización de recursos costó vidas. Este sentimiento se ve reforzado al compararlo con las decisiones acertadas que sí se tomaron en otros ámbitos, demostrando que la anticipación y la prevención eran posibles.
Lecciones aprendidas de una catástrofe
El episodio de la DANA del 29 de octubre ha dejado profundas cicatrices en la sociedad valenciana, pero también importantes lecciones sobre la gestión de emergencias. La importancia de la coordinación entre administraciones, la necesidad de sistemas de alerta temprana eficaces y el valor de tomar decisiones difíciles, aunque impopulares en un primer momento, han quedado patentes.
El caso de la suspensión de los trenes de alta velocidad es un claro ejemplo de cómo la toma de decisiones basada en datos técnicos y en el principio de precaución puede tener un impacto directo y positivo en la seguridad de miles de personas. Un recordatorio de que, en una emergencia, cada minuto cuenta y cada decisión importa.





