El exteniente coronel de la Guardia Civil, Antonio Tejero, de 93 años, se encuentra ingresado en estado grave en un hospital privado de la provincia de Valencia. Fuentes cercanas confirmaron que su ingreso se produjo el pasado lunes y que permanece acompañado por sus familiares más cercanos.
Durante la mañana del miércoles, diversos rumores sobre su fallecimiento circularon ampliamente, pero han sido desmentidos. Tejero, una figura central del intento de golpe de Estado del 23 de febrero de 1981, reside en la Comunitat Valenciana desde hace años.
Puntos Clave
- Antonio Tejero, de 93 años, está hospitalizado en estado grave en Valencia, pero no ha fallecido.
- Fue ingresado el pasado lunes y se encuentra acompañado por su familia.
- Los rumores sobre su muerte que circularon el miércoles han sido confirmados como falsos.
- No es la primera vez que se difunde un bulo sobre su fallecimiento; un episodio similar ocurrió en 2022.
Estado de salud actual y hospitalización
Antonio Tejero fue trasladado a un centro hospitalario privado el pasado lunes, donde permanece en una situación delicada. Su estado de salud ha sido calificado como grave, lo que ha requerido su ingreso para recibir atención médica continua. Se encuentra en el mismo hospital donde, hace algunos años, falleció su esposa.
Antes de esta hospitalización, Tejero recibía cuidados médicos en su domicilio. Equipos de la unidad de hospitalización a domicilio del hospital público de La Ribera se encargaban de su seguimiento, lo que indica que su salud ya era frágil desde hace algún tiempo. Su familia, incluida su hija que reside en la localidad de Alzira, se encuentra con él en estos momentos.
Residencia en la Comunitat Valenciana
Tras cumplir su condena por el 23-F, Antonio Tejero se ha mantenido alejado de la vida pública. Ha residido durante años en la Comunitat Valenciana, donde mantiene un perfil bajo. Su conexión familiar con la región, a través de su hija casada con el conocido artista fallero Julio Monterrubio, ha anclado su vida en esta zona.
La propagación de rumores falsos
La noticia de su ingreso hospitalario vino acompañada de una oleada de desinformación. A lo largo de la mañana del miércoles, múltiples mensajes y publicaciones en redes sociales anunciaron su fallecimiento, citando incorrectamente a medios de comunicación nacionales como fuente original. Sin embargo, estas afirmaciones fueron rápidamente desmentidas por fuentes solventes.
Esta situación no es nueva. En noviembre de 2022, un bulo similar se extendió a través de la aplicación de mensajería WhatsApp. En aquella ocasión, el mensaje era tan detallado que incluso especificaba la fecha, hora y lugar del velatorio en un tanatorio local. La difusión fue tal que el propio tanatorio recibió una avalancha de llamadas de ciudadanos y periodistas que intentaban confirmar la veracidad de la información, obligando a desmentir públicamente la noticia.
El precedente de 2022
El bulo sobre la muerte de Tejero hace casi tres años se convirtió en un caso de estudio sobre la rapidez con la que se puede propagar la desinformación. El mensaje falso contenía datos específicos para darle apariencia de credibilidad, lo que demuestra la sofisticación que pueden alcanzar este tipo de engaños.
Una figura controvertida de la historia reciente
Antonio Tejero Molina es una de las figuras más reconocibles y polémicas de la Transición española. Su imagen irrumpiendo pistola en mano en el Congreso de los Diputados el 23 de febrero de 1981 se ha convertido en un icono del intento de quiebra de la democracia española.
El golpe de Estado del 23-F
Al frente de unos 200 guardias civiles, Tejero tomó el hemiciclo durante la votación de investidura de Leopoldo Calvo-Sotelo. Su objetivo, junto a otros altos mandos militares implicados en la conspiración, era detener el proceso democrático e instaurar un gobierno militar. El secuestro del Gobierno y de los diputados duró 18 horas, hasta que la intervención del rey Juan Carlos I desautorizando el golpe provocó el fracaso de la intentona.
"¡Quieto todo el mundo!" fue la orden con la que Tejero interrumpió la sesión parlamentaria, una frase que quedó grabada en la memoria colectiva de España.
Por su papel como líder de la operación en el Congreso, Tejero fue condenado a 30 años de prisión por un delito de rebelión militar. Fue el último de los implicados en el 23-F en salir de la cárcel, obteniendo la libertad condicional en 1996 tras cumplir tres cuartas partes de su condena. Desde entonces, ha mantenido una vida discreta, con apariciones públicas muy esporádicas y siempre rodeadas de polémica.





