El 9 de octubre de 1238, tras la entrada de Jaime I en Valencia, se estableció la primera red parroquial de la ciudad. El monarca convirtió doce mezquitas en iglesias, sentando las bases urbanísticas y sociales de la Valencia que conocemos hoy. Estos templos no solo fueron centros religiosos, sino el núcleo alrededor del cual crecieron y se definieron los barrios históricos.
La historiadora del arte Beatriz Martínez-Weber ha investigado este legado en su libro 'Ruta Cultural 1321', donde destaca que la mayoría de estas iglesias fundacionales siguen en pie, aunque algunas han desaparecido o conservan solo vestigios, conformando un conjunto monumental de extraordinario valor histórico.
Puntos Clave
- El rey Jaime I convirtió doce mezquitas en iglesias en 1238, creando la primera red parroquial de Valencia.
- Estos templos fueron el origen de los barrios históricos de la ciudad, definiendo la identidad de sus habitantes durante siglos.
- La mayoría de las iglesias siguen en uso, como San Nicolás o San Esteban, mientras que de otras solo quedan restos, como la torre de San Bartolomé.
- Un nuevo estudio y ruta cultural busca revalorizar este patrimonio, a menudo desconocido para el gran público.
El Origen de la Valencia Cristiana
La historia urbana de Valencia experimentó un punto de inflexión decisivo el 9 de octubre de 1238. Con la entrada solemne de Jaime I de Aragón, la ciudad no solo cambió de manos, sino que comenzó una profunda transformación cultural y religiosa. Según explica la historiadora del arte Beatriz Martínez-Weber, una de las primeras y más urgentes acciones del rey fue la de establecer una estructura cristiana en la ciudad.
"Lo primero que hizo el rey, tras purificar la mezquita mayor, fue convertir doce mezquitas en iglesias. Y lo hizo con urgencia", señala Martínez-Weber. Esta decisión no fue meramente simbólica; sentó las bases de una nueva organización territorial. Estas doce parroquias se convirtieron en los epicentros de la vida social y administrativa de la Valencia medieval.
El Legado de las Doce Parroquias Fundacionales
De la docena de templos originales, la gran mayoría ha sobrevivido al paso de casi ocho siglos y continúan siendo parte activa del paisaje urbano y espiritual de Valencia. Sin embargo, no todas corrieron la misma suerte. Su estado actual es un testimonio de la evolución de la ciudad.
Los Templos que Perduran
La lista de las iglesias fundacionales que siguen en pie es un recorrido por el corazón histórico de Valencia. Cada una posee un valor artístico y patrimonial único. Entre las más destacadas se encuentran:
- San Nicolás de Bari y San Pedro Mártir: Conocida internacionalmente como la 'Capilla Sixtina valenciana' por sus espectaculares frescos barrocos.
- San Esteban Protomártir: Mantiene su función parroquial ininterrumpidamente desde 1238.
- San Lorenzo Mártir: Ubicada frente al palacio de las Cortes Valencianas.
- Santa Catalina Mártir: Famosa por su icónica torre barroca, uno de los símbolos de la ciudad.
- San Martín Obispo y San Antonio Abad: Otro ejemplo de la arquitectura gótica valenciana reformada en barroco.
- San Andrés Apóstol: Hoy conocida como la iglesia de San Juan de la Cruz.
- Los Santos Juanes: Situada junto al Mercado Central, es un monumento clave del barroco valenciano.
- San Valero y San Vicente Mártir: El corazón del popular barrio de Ruzafa.
- El Salvador: Conserva elementos de su origen gótico.
- Santo Tomás Apóstol y San Felipe Neri: Reconstruida en el siglo XVIII.
Un Vestigio en la Calle Serranos
De la antigua iglesia de San Bartolomé Apóstol solo se conserva su imponente torre campanario barroca, ubicada en la calle Serranos. Martínez-Weber la describe como "una joya que deberíamos proteger", un recordatorio visible de una de las parroquias originales que ha desaparecido casi por completo.
Las Huellas de lo Desaparecido
No todas las parroquias fundacionales lograron sobrevivir. La antigua parroquia de la Santa Cruz, que se encontraba cerca del Portal Nuevo, desapareció. Hoy, solo una cruz conmemorativa en la plaza del Carmen recuerda el lugar donde se erigió uno de los primeros templos de la ciudad cristiana.
El Corazón de los Barrios Valencianos
Durante siglos, la identidad de los valencianos estuvo ligada a su parroquia. Estos templos eran mucho más que lugares de culto; funcionaban como el centro administrativo y social de sus respectivas áreas. La pertenencia a un barrio era, en esencia, la pertenencia a una parroquia.
"Los barrios se creaban en torno a estas parroquias y ahí iban creciendo y solapándose unos con otros. Si alguien te preguntaba de dónde eras, respondías: ‘de San Nicolás’, o ‘de San Martín’. Los barrios se conocían así", explica Beatriz Martínez-Weber.
Esta forma de organización social y urbana definió la vida en Valencia durante más de 500 años. La red parroquial no solo estructuró el espacio físico, sino también el mapa mental y la identidad colectiva de sus habitantes. Cada parroquia tenía sus propias festividades, cofradías y tradiciones, creando comunidades muy cohesionadas.
El Fin de una Era
El sistema de identificación parroquial se mantuvo vigente hasta el siglo XVIII. Tras la Guerra de Sucesión y la abolición de los Fueros de Valencia con los Decretos de Nueva Planta, la ciudad adoptó una nueva organización territorial más centralizada, lo que gradualmente diluyó el papel administrativo de las parroquias.
Una Ruta para Redescubrir la Historia
El trabajo de investigación de Beatriz Martínez-Weber, plasmado en su libro 'Ruta Cultural 1321, los siglos, las parroquias fundacionales de Valencia', surge de una necesidad de reconectar la ciudad con sus orígenes. La historiadora observó un desequilibrio en la visibilidad de este patrimonio.
"Esta investigación nació al ver cómo algunas iglesias, como San Nicolás, se han convertido en referentes turísticos internacionales, mientras que otras son casi invisibles en el plano urbano", asegura. Su propuesta es una ruta cultural que permita a ciudadanos y visitantes comprender el conjunto monumental en su totalidad.
Según la autora, cada templo ofrece información valiosa sobre la historia de la ciudad. "Cada una de estas parroquias nos cuenta quiénes fueron sus mecenas. O sea, nos dan tal información que realmente es extraordinario este conjunto monumental", concluye. La huella de estas doce iglesias sigue viva, esperando ser redescubierta en las calles y muros del centro histórico de Valencia.





