Un año después de que una devastadora DANA arrasara su espacio creativo, los artistas Cristina Durán y Miguel Ángel Giner Bou han reabierto las puertas de La Grúa Estudio en Benetússer. La reapertura, celebrada este fin de semana, marca el final de un difícil proceso de reconstrucción y simboliza la resiliencia de la comunidad artística valenciana, que se volcó en apoyar a los galardonados con el Premio Nacional de Cómic.
El evento no fue solo la reinauguración de un lugar de trabajo, sino una celebración de la solidaridad y la superación. Amigos, familiares, vecinos y colegas del sector de la ilustración y el cómic llenaron el renovado estudio, demostrando que el apoyo recibido durante los últimos doce meses ha sido el pilar fundamental para este nuevo comienzo.
Puntos Clave
- La Grúa Estudio, de Cristina Durán y Miguel Ángel Giner Bou, ha reabierto en Benetússer un año después de ser destruido por una DANA el 29 de octubre.
- El espacio, que es tanto su hogar creativo como la sede de su empresa desde 2008, fue reconstruido gracias a una gran ola de solidaridad.
- La comunidad artística, amigos y desconocidos ofrecieron donaciones, ayuda física y apoyo emocional para recuperar el estudio.
- Los artistas han rediseñado el interior con más color para simbolizar una nueva etapa y dejar atrás el trauma de la inundación.
El impacto de la DANA: un proyecto de vida bajo el lodo
El 29 de octubre del año pasado, un evento meteorológico extremo cambió por completo la vida de Cristina Durán y Miguel Ángel Giner Bou. Una DANA provocó una riada que inundó su estudio en Benetússer, un espacio que habían construido con esmero desde 2008. No era solo un lugar de trabajo; era su hogar creativo, el archivo de una carrera de tres décadas y un refugio personal lleno de recuerdos invaluables.
Entre los objetos perdidos se encontraban colecciones de cómics que Giner Bou había comenzado a los seis años, bocetos originales de Durán que documentaban su trayectoria hasta ganar el Premio Nacional de Cómic en 2019, y un archivo de ordenadores Mac que narraba la evolución tecnológica del estudio desde su fundación en 1993.
"Es terrible ver cómo tu proyecto de vida y personal queda destrozado, es desolador ver como la DANA arrasa con un espacio que has construido con tanto cariño y amor", explica Cristina Durán.
La inundación dejó el estudio cubierto de barro, destruyendo no solo el equipo y los materiales, sino también una parte fundamental de su historia personal y profesional. El impacto emocional fue inmediato y paralizante, enfrentándolos a la desoladora tarea de empezar desde cero.
La fuerza de la comunidad: una reconstrucción solidaria
En los días posteriores al desastre, cuando la pareja de artistas se sentía abrumada, surgió una respuesta inesperada y masiva. Más de veinte personas, entre amigos, colegas del sector e incluso desconocidos, se presentaron en Benetússer para ayudar a limpiar el barro y rescatar lo que se pudiera.
Esta ayuda fue el motor que impulsó la reconstrucción. "Cuando empezamos a reconstruirlo, alucinamos con la solidaridad de la gente y con el apoyo del sector del cómic y de la ilustración", comenta Durán. La avalancha de donaciones y mensajes de ánimo les dio la fuerza necesaria para no rendirse.
Un apoyo abrumador
La respuesta de la comunidad no solo fue local. Artistas y profesionales de toda España se movilizaron para ofrecer ayuda económica, material y emocional, demostrando la cohesión del sector del cómic y la ilustración en momentos de crisis.
Para Giner Bou, este apoyo fue decisivo. "Aunque fuera complicado, sabíamos que teníamos que seguir adelante, aunque fuera por la gente que nos animaba a hacerlo", afirma. La solidaridad transformó una tragedia personal en un proyecto colectivo de recuperación, demostrando que La Grúa Estudio era un espacio querido por muchos.
El arte como terapia y refugio
A pesar del shock inicial, ambos artistas encontraron en la creación una forma de procesar lo ocurrido. Mientras que a Cristina Durán le costó más retomar el trabajo, consiguió plasmar la experiencia en un retrato de la desgracia para el diario El País y en la portada de Renàixer del fang.
Por su parte, Miguel Ángel Giner Bou canalizó sus emociones en un diario gráfico. "Yo me puse en activo a preparar un diario de campaña, del día a día", recuerda. Este proyecto personal, que documenta el proceso de recuperación, podría convertirse en su próximo cómic, una obra nacida directamente de la adversidad.
Una nueva etapa para La Grúa Estudio
Tras meses de obras y de trabajar en espacios improvisados en su hogar, donde se mezclaban las acuarelas con los papeles del seguro, La Grúa Estudio ha vuelto a la vida. El proceso no fue fácil, ya que encontrar profesionales de la construcción disponibles supuso un desafío adicional.
Sin embargo, los artistas aprovecharon la oportunidad para darle un nuevo aire al espacio. "Nos parecía importante emocionalmente que al entrar al espacio se comprendiera una segunda etapa de La Grúa", señala Durán. Han introducido más color y elementos nuevos para marcar un punto de inflexión y ayudar a sanar las heridas emocionales asociadas al lugar.
La Grúa Estudio: un referente creativo
Fundado en 1993, La Grúa Estudio es el espacio creativo de Cristina Durán y Miguel Ángel Giner Bou, dos figuras clave del cómic español. Su trabajo ha sido reconocido con importantes galardones, incluyendo el Premio Nacional de Cómic en 2019 por su novela gráfica "El día 3", que narra el accidente de metro de Valencia de 2006.
Ahora, con el estudio renovado, pueden volver a separar su vida profesional de la personal. "Podemos trabajar en un espacio en el que sentirnos cómodos y en el que podemos separar la casa del trabajo", explican. Esta separación es fundamental para recuperar la normalidad y la concentración en sus proyectos.
Una celebración de gratitud
La fiesta de reapertura fue concebida como un acto de agradecimiento. Invitaron a todas las personas que les habían apoyado durante el último año. "Necesitamos sentir ese cariño, esas llamadas y ese amor que nos ha acompañado desde hace un año", admiten.
El estudio, que comparten con Musila Studio, se desbordó de gente, pero esta vez de alegría y solidaridad. La puerta abierta hacia una plaza cercana se convirtió en una metáfora de su gratitud hacia una comunidad que les ayudó a seguir adelante. La Grúa vuelve a funcionar, más fuerte y colorida que antes, como un símbolo de renacimiento impulsado por el apoyo colectivo.





