Los hermanos Enrique y María Ángeles Fayos, al frente de Olympia Metropolitana, continúan un legado familiar que ha marcado la escena cultural de València durante tres generaciones. Su gestión de espacios emblemáticos como el Teatro Olympia y el Talia, junto con otros auditorios y salas, ha sido reconocida con el Premio Levante-EMV 2025 en la categoría de Ocio, un galardón que celebra su dedicación a las artes escénicas.
Puntos Clave
- Los hermanos Fayos gestionan Olympia Metropolitana, una de las empresas culturales más importantes de la región.
- Su red de espacios incluye los teatros Olympia y Talia, los auditorios de Torrent y Vall d’Uixó, Palau Altea y el Cinestudio d’Or.
- La familia tiene una trayectoria de tres generaciones en el sector, iniciada por su abuelo en los cines Goya.
- En 2024, sus espectáculos atrajeron a 400.000 espectadores en más de 1.000 funciones.
- Han sido galardonados con el Premio Levante-EMV 2025 de Ocio por su contribución a la cultura.
Una historia familiar ligada a la cultura
El apellido Fayos es sinónimo de cultura en València. La historia comenzó con su abuelo, propietario de los cines Goya, y continuó con su padre, quien tomó la decisión de transformar el histórico cine Olympia en un teatro, devolviéndolo a sus orígenes escénicos.
Hoy, Enrique y María Ángeles Fayos son la tercera generación que mantiene viva esa pasión. Dirigen Olympia Metropolitana, una empresa que no solo gestiona salas, sino que también produce y distribuye espectáculos, además de formar a nuevos talentos en su propia escuela de artes escénicas.
La reconversión del Olympia
El Teatro Olympia, inaugurado en 1915, funcionó como sala de cine durante 50 años. En 1984, el padre de los actuales gestores impulsó su recuperación como espacio teatral, una decisión clave que lo consolidó como un referente de las artes escénicas en España.
Olympia Metropolitana: una red de espacios escénicos
La labor de los hermanos Fayos va más allá del icónico teatro de la calle San Vicente. Su empresa, Olympia Metropolitana, se ha expandido hasta convertirse en un pilar fundamental de la oferta cultural en la Comunitat Valenciana.
Bajo su dirección se encuentran espacios tan diversos como el Teatro Talia en València, los auditorios municipales de Torrent y la Vall d’Uixó, el Palau Altea y el Cinestudio d’Or. Esta red les permite programar una oferta variada y llegar a públicos de distintas localidades.
La empresa cuenta con un equipo de cerca de 100 personas, a quienes los hermanos consideran la clave de su éxito. "Uno vale lo que vale su equipo y tenemos un gran equipo", afirman, destacando la importancia del capital humano en su proyecto.
Cifras de impacto
Solo durante el año pasado, la actividad de Olympia Metropolitana se tradujo en más de 1.000 funciones programadas en todos sus espacios, alcanzando una cifra de 400.000 espectadores. Estos números reflejan la consolidada presencia de sus propuestas en la agenda cultural.
El Teatro Olympia como buque insignia
El Teatro Olympia es el corazón del proyecto de la familia Fayos. Inaugurado el 10 de noviembre de 1915 con la ópera "El barbero de Sevilla", este espacio ha sabido adaptarse a los tiempos sin perder su esencia.
Tras su etapa como cine, su regreso a los escenarios en 1984 lo posicionó como una "plaza imprescindible", un término utilizado por los propios artistas para describir la importancia de actuar en su escenario. Grandes nombres de la escena nacional e internacional han pasado por sus tablas, consolidando su prestigio.
El objetivo de su programación es claro: ofrecer un teatro que conecte con el público actual. Buscan historias que traten temas contemporáneos, que hagan reflexionar, pero también que entretengan y diviertan, cumpliendo una doble función educativa y de ocio.
Gestores de emociones
Más allá de la gestión empresarial, los hermanos Fayos definen su trabajo de una manera más profunda. "Nosotros gestionamos emociones y eso es muy gratificante", explican. Su mayor recompensa es ver la reacción del público al final de cada función.
"A mí lo que más me gusta es ponerme al final de la sala y ver cómo la gente sale de contenta. Es una gozada", confiesa Enrique Fayos.
Reconocen que trabajar con algo tan intangible como las emociones es un riesgo constante, ya que el éxito de una obra nunca está garantizado. Sin embargo, es precisamente esa conexión con la audiencia lo que da sentido a su labor diaria.
Su principal motivación es ver "la ilusión en los ojos de la gente que viene al teatro". Este enfoque humano es lo que ha permitido que sus teatros mantengan una conexión especial con los espectadores a lo largo de los años.
El reto de levantar el telón cada día
El camino no ha estado exento de dificultades. Han superado crisis como la pandemia, desastres naturales y la constante adaptación a un mundo cada vez más tecnológico. Para ellos, el mayor reto sigue siendo el más fundamental: "levantar el telón cada día".
Frente a la digitalización y las nuevas formas de entretenimiento, defienden el valor único de las artes escénicas. Consideran que la autenticidad del directo es su mayor fortaleza.
"El teatro es la vida real, no hay inteligencia artificial que valga, es lo más auténtico que hay", concluyen. Esta convicción es el motor que impulsa a la familia Fayos a seguir adelante, manteniendo vivo un legado cultural que ya forma parte de la historia de València.





