En el corazón de los museos más importantes de València, lejos de las salas de exposición principales, se esconden espacios llenos de conocimiento que a menudo pasan desapercibidos para el gran público. Las bibliotecas del IVAM, el MuVIM y el Museu de Belles Arts albergan colecciones de valor incalculable, pero luchan contra un enemigo común: el desconocimiento.
Estos centros no son meros almacenes de libros, sino extensiones vivas de los propios museos. Ofrecen un contexto profundo a las obras expuestas y guardan la memoria histórica y documental de las instituciones. Sus responsables reivindican su papel fundamental en el ecosistema cultural de la ciudad, un llamado que cobra especial relevancia en el marco del Día de las Bibliotecas.
Puntos Clave
- Las bibliotecas de los museos de València son recursos culturales de gran valor pero poco conocidos por el público general.
- Albergan fondos especializados, archivos históricos y colecciones únicas que complementan las exposiciones.
- Los responsables de estos espacios buscan activamente aumentar su visibilidad y atraer a nuevos usuarios, desde investigadores hasta visitantes curiosos.
- Instituciones como el IVAM, MuVIM y Belles Arts utilizan estrategias diferentes para conectar sus bibliotecas con la experiencia del visitante.
IVAM: Un puente entre el arte y el conocimiento
La biblioteca del Institut Valencià d'Art Modern (IVAM) funciona desde la misma apertura del museo en 1989. Para su jefa, Eloísa García, este espacio es una parte inseparable de la institución, una "extremidad más" que enriquece la visita. A pesar de sus 36 años de historia, reconoce que sigue siendo una gran desconocida.
Desde el museo se esfuerzan por cambiar esta percepción. La estrategia es clara: vincular directamente los fondos de la biblioteca con las exposiciones temporales. "Queremos que la biblioteca se convierta en un espacio en el que aprender y donde se pueda generar un vínculo con las galerías del museo", explica García. Si un visitante se interesa por una muestra, aquí puede profundizar en el artista y su contexto.
Fondos especializados y un espacio por crecer
La colección es uno de sus puntos fuertes. Poseen un fondo documental exhaustivo sobre el escultor Julio González, uno de los pilares del IVAM. También destacan los archivos de Josep Renau y un registro completo de los catálogos históricos de las exposiciones del museo, una auténtica joya para investigadores.
"Tenemos una enorme colección sobre Julio González e intentamos siempre que los libros que se muestren primero sean los que hablan de las muestras que se pueden visitar." - Eloísa García, jefa de la biblioteca del IVAM.
El perfil del usuario ha cambiado con el tiempo. Ahora acuden personas en busca de material muy específico, aunque la consulta en línea sigue siendo una fuerte competencia. La principal reivindicación de García, más allá de la visibilidad, es la necesidad de una ampliación. Un espacio mayor permitiría a los usuarios "sacarle el mayor partido posible mientras se mueven, consultan y miran los ejemplares".
Un archivo vivo
La biblioteca del IVAM no solo contiene libros. Su archivo recopila toda la historia del museo desde su fundación el 28 de febrero de 1989, ofreciendo una ventana única a la evolución del arte moderno y contemporáneo en València.
MuVIM: La biblioteca sale al encuentro del visitante
En el Museu Valencià de la Il·lustració i de la Modernitat (MuVIM), la estrategia para combatir el anonimato es proactiva. Sergio Vilata, director de la biblioteca, ha decidido sacar los libros de sus estanterías y llevarlos a las zonas comunes del museo.
"Hace unos meses que intentamos solventar el desconocimiento llevando los materiales de la biblioteca a las zonas de descanso de la entrada", comenta Vilata. Esta iniciativa ha comenzado a dar frutos, atrayendo a visitantes que, de otro modo, no sabrían de la existencia de este recurso. El objetivo es redirigirlos al espacio principal, donde se guardan verdaderos tesoros documentales.
Legados que cuentan la historia de València
Inaugurada en 2001, esta biblioteca custodia importantes fondos de la Diputació de València. Entre sus joyas se encuentran el archivo de la familia Rius-Monfort y el de la ermita de Llutxent. Además, preserva legados documentales de gran relevancia, como los de Floreal Palanca, el historiador Ronald Fraser y el diseñador y cantautor Carles Barranco.
La memoria efímera del museo
El archivo del MuVIM va más allá de los catálogos. Recopila la llamada "documentación efímera": carteles, trípticos e invitaciones a actos y exposiciones. Este material ofrece una visión completa de la vida y actividad del museo a lo largo de los años.
Vilata insiste en el valor de este espacio para todos los ciudadanos. "Más allá de la investigación, es un espacio en el que aprender y descubrir más sobre València y su historia". Aunque los fondos son consultables online, subraya que la experiencia de interactuar con el material en papel es insustituible.
Museu de Belles Arts: Una red internacional de intercambio cultural
La biblioteca del Museu de Belles Arts es un espacio peculiar y vibrante, custodiado por Rosa Rodríguez Canals, quien lleva vinculada a él desde sus prácticas universitarias. Entre sus estanterías se alinean más de 14.000 catálogos de exposiciones y miles de libros especializados en arte.
Una de sus características más singulares es un activo programa de intercambio con otras instituciones culturales. "Nosotros intercambiamos los catálogos del Belles Arts con los de otros museos, como si fueran cromos", explica Canals. Esta práctica les ha permitido construir un archivo extensísimo sobre muestras de todo el mundo.
El equipo mantiene una relación activa con más de treinta instituciones de prestigio, incluyendo el Museo del Prado en Madrid y la Galería de los Uffizi en Florencia. Este sistema enriquece constantemente sus fondos y los convierte en un nodo de conocimiento artístico global.
Un espacio vivo que lucha contra el olvido
La biblioteca está en constante movimiento, no solo por los intercambios, sino también por las donaciones y la afluencia de usuarios, que varía entre estudiantes de Bellas Artes, investigadores y curiosos. Incluso el despacho del director del museo, Pablo González Tornel, se nutre de sus fondos.
A pesar de esta vitalidad, Canals comparte el sentimiento de sus colegas de otros museos. Su llamado es un reflejo de una realidad compartida que esperan cambiar.
"Somos las grandes olvidadas de los museos, y somos muy importantes." - Rosa Rodríguez Canals, bibliotecaria del Museu de Belles Arts.
La solución que proponen contra el olvido es sencilla: lectura, conocimiento y la curiosidad de acercarse a estas salas silenciosas donde la historia del arte espera ser descubierta, página a página.





