Andrea Ferrari, una joven de 20 años que perdió a su madre en las inundaciones del pasado 29 de octubre, se ha convertido en la voz de las víctimas durante el funeral de Estado celebrado un año después de la tragedia. En un emotivo discurso, ha pedido que prevalezcan "la verdad, el respeto y la humanidad", al tiempo que ha rendido homenaje a la solidaridad ciudadana que surgió en medio del desastre.
Frente a las más altas autoridades del Estado y los familiares de los fallecidos, Ferrari recordó a su madre, Eva María Canut Montoro, y a todas las víctimas, insistiendo en la necesidad de no olvidar lo sucedido y de cuidar a quienes sobrevivieron a la catástrofe que asoló varias comarcas valencianas.
Puntos Clave del Discurso
- Andrea Ferrari, de 20 años, habló en nombre de las víctimas en el funeral de Estado por el primer aniversario de la DANA.
- Agradeció la inmensa ola de solidaridad de voluntarios, vecinos y servicios de emergencia.
- Dedicó unas palabras a su madre, Eva María Canut Montoro, a quien describió como "luz y amor en estado puro".
- Hizo un llamamiento a no olvidar, mantener vivo el recuerdo y buscar la verdad y la justicia.
"Caminamos con cicatrices en el alma"
Andrea Ferrari comenzó su intervención reconociendo el dolor compartido por todos los presentes. "Hoy hace un año que nos cambió la vida y todavía sentimos el vacío que nos dejaron aquellos días", afirmó, dando el pésame a todas las familias afectadas.
La joven describió cómo la DANA no solo arrasó calles y casas, sino también las vidas de quienes se fueron y de los que se quedaron. "Este acto es un homenaje a quienes se fueron, pero también un reconocimiento a los que seguimos aquí, caminando con cicatrices en el alma pero con la mirada firme", expresó con entereza.
Sus palabras buscaron dar voz a un sentimiento colectivo de pérdida, pero también de resiliencia, marcando el tono de un acto solemne que conmemoraba una de las mayores tragedias naturales en la historia reciente de la Comunitat Valenciana.
Un agradecimiento a la "germanor" valenciana
Uno de los ejes centrales de su discurso fue el reconocimiento a la respuesta ciudadana. Ferrari subrayó que, a pesar del dolor, hace un año también "descubrimos la solidaridad".
Su agradecimiento fue extenso y detallado, dirigido a todos los que ayudaron sin dudarlo.
- Jóvenes: "Jóvenes que ofrecieron una mano".
- Vecinos: "Vecinos que abrieron sus casas".
- Profesionales: "Servicios de emergencia, servicios sanitarios y de rescate".
- Voluntarios: "A los miles de voluntarios que vinieron y que demostraron que gracias a su ‘germanor’, Valencia pudo salir del barro".
También tuvo un reconocimiento especial para las asociaciones de víctimas, destacando su labor "por canalizar todo el dolor y convertirlo en justicia". Con esta mención, puso en valor el esfuerzo organizativo de los afectados para hacer frente a las consecuencias de la catástrofe.
"En medio del caos, la humanidad sigue existiendo", sentenció Andrea Ferrari, resumiendo el espíritu que, según ella, permitió a la sociedad valenciana sobreponerse a los peores momentos.
El recuerdo personal de una madre
El momento más personal del discurso llegó cuando Andrea Ferrari habló de su madre, Eva María Canut Montoro, fallecida en el polígono de Riba-roja.
"Hablar de ella es hablar de luz y amor en estado puro, la persona con más brillo y radiante que iluminaba allá donde iba", describió con la voz cargada de emoción. La definió como una persona "increíble, alegre, soñadora" y, sobre todo, "la mejor madre".
El Legado de Fortaleza
Ferrari compartió cómo la fuerza de su madre sigue siendo su principal motor. "Tenías la fuerza que te hacía creer que todo era posible por la alegría que te envolvía, y esa misma fuerza es la que me impulsa a seguir viviendo y buscando motivos para sonreír, incluso cuando la vida pesa", confesó.
Con orgullo, afirmó: "Estoy orgullosa de decir a los mil vientos que tú eras mi madre". Sus palabras convirtieron un dolor personal en un mensaje universal sobre el amor y el legado que dejan las personas que ya no están.
Un compromiso de futuro: Verdad, Respeto y Humanidad
En la parte final de su intervención, Andrea Ferrari miró hacia el futuro, pidiendo que el recuerdo de las víctimas se convierta en un compromiso colectivo. Afirmó que este funeral no solo es un acto de memoria, sino también "un acto de compromiso de no olvidar, acompañar y mantener vivo su recuerdo".
Subrayó que un año después, la calma "no ha llegado sola", sino que "se construye con esfuerzo, esperanza y unión".
La Búsqueda de la Justicia
Las palabras de Ferrari sobre la justicia y la verdad resuenan con las demandas de muchas familias afectadas, que continúan pidiendo que se esclarezcan todas las circunstancias que rodearon la gestión de la emergencia y las alertas previas a la riada.
El discurso concluyó con una poderosa reflexión. "Convirtamos este homenaje en una lección: la de honrar la memoria de quienes se fueron y cuidar a los que estamos aquí", propuso.
Como cierre, dejó una frase que encapsula el sentir de muchos de los afectados y que quedará como uno de los momentos más significativos del acto: "Mientras exista memoria nunca habrá olvido, y lo más importante es que prevalezca la verdad, el respeto y la humanidad".





