Agentes de la Policía Nacional han detenido en Valencia a un hombre de 36 años como presunto autor de una agresión sexual con penetración a una familiar menor de edad. La víctima, una niña de seis años, está diagnosticada con Trastorno del Espectro Autista (TEA), lo que añade una capa de especial vulnerabilidad al caso.
La investigación se inició a mediados de octubre, después de que un centro hospitalario de la ciudad activara el protocolo establecido para posibles casos de abuso sexual en menores. La rápida actuación del personal sanitario fue clave para poner los hechos en conocimiento de las autoridades competentes.
Puntos Clave
- Un hombre de 36 años ha sido detenido en Valencia por una presunta agresión sexual.
- La víctima es una niña de seis años, familiar del detenido y diagnosticada con autismo.
- La investigación comenzó tras la activación de un protocolo en un centro hospitalario.
- El detenido, con antecedentes por hechos similares, fue puesto en libertad con una orden de alejamiento.
La investigación del Grupo de Menores
Tras recibir el aviso desde el centro hospitalario, el Grupo de Menores (Grume) de la Jefatura Superior de Policía de la Comunitat Valenciana asumió la dirección del caso. Este grupo especializado se encarga de las investigaciones que involucran a víctimas o autores menores de edad, así como de delitos cometidos en el ámbito familiar que afectan a los más vulnerables.
Los agentes del Grume iniciaron una serie de diligencias para esclarecer los hechos denunciados por el personal médico. El trabajo policial se centró en recabar pruebas y testimonios que permitieran confirmar la veracidad de los indicios. La investigación culminó con la identificación y localización del sospechoso.
El papel crucial de los protocolos sanitarios
La activación de protocolos ante sospechas de maltrato o abuso infantil en los centros de salud es una herramienta fundamental para la protección de los menores. Estos procedimientos establecen una hoja de ruta clara para que los profesionales sanitarios comuniquen de forma segura y eficaz cualquier indicio a las fuerzas de seguridad y a los servicios sociales, garantizando una intervención coordinada y protegiendo la integridad de la víctima.
La detención del hombre se produjo sin incidentes. Se trata de un familiar directo de la niña, concretamente el primo de la madre de la menor, lo que sitúa el presunto delito en el círculo de máxima confianza de la víctima.
Perfil del detenido y medidas judiciales
El hombre arrestado tiene 36 años y, según fuentes de la investigación, cuenta con antecedentes policiales previos. Es relevante señalar que algunos de estos antecedentes están relacionados con delitos de naturaleza similar, un factor que agrava la percepción de riesgo asociada al individuo.
Una vez completadas las diligencias policiales, el detenido fue puesto a disposición del juzgado de instrucción correspondiente. Tras prestar declaración, la autoridad judicial decretó su puesta en libertad provisional.
A pesar de quedar en libertad, el juez impuso al investigado una medida cautelar de gran importancia: una orden de alejamiento que le prohíbe acercarse o comunicarse con la menor. Esta medida busca garantizar la seguridad y protección de la niña mientras el proceso judicial sigue su curso.
La decisión judicial ha generado preocupación, especialmente considerando la vulnerabilidad de la víctima y el historial del sospechoso. Sin embargo, se enmarca dentro de los procedimientos legales habituales mientras se avanza en la instrucción del caso para determinar la culpabilidad o inocencia del acusado.
La vulnerabilidad de las víctimas con autismo
El hecho de que la víctima sea una niña con Trastorno del Espectro Autista (TEA) es un elemento de extrema gravedad en este caso. Las personas con TEA, especialmente los niños, pueden enfrentar barreras significativas para comunicar sus experiencias, comprender situaciones de abuso o identificar el peligro.
Los expertos en psicología y atención a la infancia subrayan la importancia de contar con profesionales especializados para interactuar con víctimas con necesidades especiales. La forma de obtener su testimonio y de proporcionarles apoyo debe adaptarse a sus particularidades comunicativas y sensoriales.
"La protección de los menores, y en particular de aquellos con capacidades diferentes, debe ser una prioridad absoluta para toda la sociedad. Es fundamental que las instituciones dispongan de todos los recursos necesarios para prevenir, detectar y actuar con contundencia ante estos casos", señala un experto en servicios sociales consultado por este medio.
Este suceso pone de manifiesto, una vez más, la necesidad de reforzar los mecanismos de protección para los colectivos más indefensos y de mantener una vigilancia constante, incluso dentro del entorno familiar, donde lamentablemente se producen muchos de estos delitos.





